El estreno de la serie documental de Meghan Markle y el Príncipe Harry quebró mediáticamente la bola de nieve que se venía acumulando desde la aparición pública de Diana de Gales. Esta vez, fue Netflix la que eligió tomar posición sobre la familia real a través de esta y otras producciones sobre la Corona, como fue el caso de The Crown.
A diferencia de la ficción basada en hechos reales, Harry y Meghan les entrega la voz a sus protagonistas con total franqueza, algo que no sucedió, por ejemplo, con la entrevista de Diana en Panorama para la BBC, cuando quedó confirmado (incluso por su hijo menor) que la engañaron para que pudiera desembolsar todos los secretos de la reina y su familia.
Harry y Meghan nace a partir del extenso registro que hicieron los duques de Sussex desde antes de que decidieran abandonar de manera definitiva el Palacio de Buckingham. Según la periodista Nicole Sperling, de The New York Times, “Enrique y Meghan grabaron más de 15 horas de video personal en los primeros meses de 2020, animados por sus amigos a documentar su dramática decisión de ‘dar un paso atrás’ como miembros de alto rango de la familia real británica y afirmar su independencia económica”.
Luego, ambos compartieron las grabaciones con la cineasta Liz Garbus y su esposo, Dan Cogan, los posteriores encargados de llevar adelante la producción para Netflix. En los primeros capítulos del documental, Harry aseguró que todo lo que se iba a ver a continuación era para proteger a su familia, ganarse la libertad que siempre ansiaron y que no se repitiera la historia de su mamá.
Sin embargo, lo más valioso del relato surge gracias a Meghan, porque su inteligencia, su seguridad y su elocuencia dan fuerza a la historia, además de divertir y agradar. Tiene una gran capacidad para empatizar con la audiencia sin necesidad de impostar o actuar.
“Harry y Meghan”: el relato oficial de una persecución racial y mediática
Al igual que Lady Di, la familia de Markle fue víctima de una persecución periodística, pero también racial e institucional. Por muchos años, Meghan y su ahora esposo tuvieron que hacerle frente a un hostigamiento mediático que buscaba sacarle jugo a una historia de amor que pudiera “manchar” la Corona. En varios minutos de los primeros episodios, hay referencias a la necesidad de amarillismo, morbo y escándalo que le podían haber costado la vida, como a Diana.
Además de la denuncia a los medios afines (y no tanto) a la familia británica, la serie desmiente algunas declaraciones publicadas incluso por familiares lejanos de la duquesa que buscaron un rédito en su figura. Habla también Doria Ragland, la madre de Meghan, y amigos muy cercanos a ella, quienes tuvieron que afrontar las consecuencias del romance que les cambió la vida radicalmente.
Quizás algo de lo que no se habló hasta acá es la oportunidad comercial que obtuvo Netflix con esta historia. El hecho de dividirla en capítulos quizás puede dar cuenta de que, desde otra lógica, buscó lo mismo que Panorama. Aunque también la expareja real podría haber elegido la plataforma por su posicionamiento en el mercado y su capacidad de volverse una voz oficial y especializada en el tema.
De todas formas, hay medios que indicaron que Harry y Meghan no tuvo el éxito deseado. Según un reporte de la BBC, el día en que se lanzó la primera parte de la serie, las cifras de audiencia en Reino Unido mostraron que 2,4 millones de espectadores vieron el primer capítulo, mientras que el segundo fue seguido por 1,5 millones de espectadores y el tercero apenas atrajo a 800 mil personas.
Ahora bien: BBC es uno de los multimedios aliados de la Corona. Tener éxito es algo más arraigado a los ideales privados de una empresa como Netflix, pero eso no le quita el valor de haber brindado un espacio de reivindicación acertado para una pareja “repuesto”.
“Harry y Meghan”: un espacio de reivindicación
En el primer capítulo del documental, los productores indicaron que la familia real no quiso hacer ningún comentario sobre la serie.
Según la periodista Katie Razzall, de BBC, “tanto el Palacio de Kensington como el de Buckingham confirmaron que recibieron un correo electrónico que parecía ser de una productora con una dirección de una organización desconocida e intentaron verificar su autenticidad con Archewell Productions (la empresa de la pareja) y Netflix, pero no recibieron respuesta”.
En síntesis, la tensa relación de los duques y la Corona tendrá un capítulo de vida aparte para registrar sus idas y vueltas, algo muy bien explicado desde la ficción con The Crown.
Es verdad que los primeros tres capítulos de Harry y Meghan resultaron ser extensos y no tan controversiales como muchos esperaban, pero, de vuelta, se pide el amarillismo tan criticado por el hijo y la nuera de Diana.
Si bien se aguarda que la segunda parte sea más directa en sus declaraciones sobre el racismo y las complicaciones tras la desvinculación de la pareja de la familia real, son ellos quienes decidirán qué necesitan contar para desmitificar al menos una parte de toda la desinformación y los ataques que recibieron desde que su relación se hizo pública.
