Este lunes comenzó una investigación penal por la fiscalía de Holanda en torno a las denuncias por presunto acoso sexual y abuso de poder contra al menos cuatro personas que trabajaron para el reality televisivo La Voz de Holanda. Se trata del programa original del formato que luego se expandió a 150 países, incluyendo la versión argentina.
El escándalo comenzó en enero con el surgimiento de decenas de denuncias mediáticas de supuestas víctimas (de las cuales al menos cinco luego refrendadas en la Justicia).
Todo comenzó cuando decenas las víctimas que denunciaron sus casos en un programa conocido como BOOS, un ciclo que se emite por YouTube de la red de radiotelevisión pública BNNVARA. A raíz de esto, el programa fue levantado del aire.
Los jurados de “La Voz de Holanda”, sospechosos
La Fiscalía evaluó las denuncias presentadas oficialmente y decidió iniciar nuevas investigaciones penales en los cinco casos puntuales.
De esta manera, ya valoran como “sospechosas” a cuatro integrantes del ciclo por presunta violación, acoso sexual y abuso de poder durante su participación en el concurso musical.
Los sospechosos ya fueron señalados en la prensa local y ellos mismos se desvincularon del programa. Ellos son el rapero holandés Ali B (miembro del jurado), el compositor Jeroen Rietbergen (líder de la banda musical) y el cantante Marco Borsato (que fue miembro del jurado), y uno de los directores del programa.
La Fiscalía advirtió que la investigación demandará bastante tiempo, y luego se decidirá si hay pruebas suficientes para procesar a los sospechosos.
Una ola denuncias por acoso sexual
El escándalo se desata en medio de una suba de las denuncias por acoso sexual en Holanda, en el mundo de la televisión, el deporte y la política, y que derivaron en que el Gobierno abriera una comisión para asuntos de acoso y violencia sexual.
Además de los casos de La Voz, hubo denuncias públicas por acoso sexual vinculadas al club de fútbol Ajax, el partido socialdemócrata PvdA, o el diario neerlandés De Telegraaf, entre otros. La propia empresa de radiodifusión pública NPO reconoció varios casos de acoso dentro de seis emisoras en los últimos tres años.
