Si cuando se lanzó, Netflix era una puerta a múltiples y variados contenidos por un monto mucho más barato que el de la televisión por cable, en estos tiempos se convirtió en la canasta básica del streaming. Nos empezó a quedar corta.
Y allí está HBO Max, el gustito premium de contenidos de prestigio. Disney Plus, una puerta a contenidos familiares. Flow, que nos ofrece variedad. Amazon Prime Video, con un catálogo popular. Star, que promete la serie de Evita. Accorn TV, el lugar de los dramas clásicos europeos. Y también Paramount+, Starz, Mubi, Apple TV y varias plataformas más.
La cuenta de cuánto pagaríamos por todas se va de las manos y tener varias suma un monto en suscripciones más oneroso que la factura del cable tradicional.
Diversidad de plataformas
Si hace unos años con tener Netflix alcanzaba para los gustos de la mayoría de los hogares, la explosión de contenidos y de competitividad entre las plataformas hace que hoy muchos tengan varios de esos servicios.
En varios casos, la solución es compartir pantalla. Es decir: el padre paga Netflix; la madre, HBO; una hermana, Amazon; un amigo, Disney+. Y todos crean varios perfiles de usuarios y comparten la clave.
Pero en términos del negocio, debido a esta expansión a gran escala, ya se está hablando de la entrada en una especie de “burbuja audiovisual”. Y, sabemos, las burbujas son un material frágil siempre a punto de explotar.
“Esta máquina de generar contenido y quemar dinero solo será rentable si se consigue traducir en altas. Y las altas ya no se pueden dar por garantizadas. El espectador, abrumado ante tanta oferta, no tiene ni el dinero para sufragarlos a todos”, analiza Elena Neira, especialista española en nuevas tecnologías, en su libro Streaming Wars.
La predicción se corroboró en datos de abril: Netflix perdió más de un tercio de su valor en Bolsa, unos 54 mil millones de dólares, tras revelar que disminuyeron sus suscriptores por primera vez en una década.
La empresa vinculó su crisis a la aparición de nuevos competidores, como Disney y Apple, y de paso recordó que la suspensión de su servicio en Rusia obligó a decir adiós a 700 mil suscriptores de ese país.
¿Qué opciones barajan algunas de las plataformas para seguir siendo rentables y competitivas? Hasta ahora, se anunciaron varias.
Publicidad en plataformas de “streaming”
El medio especializado en entretenimiento Variety difundió en abril que a fin de este año, en Estados Unidos, Disney Plus lanzará un nuevo plan de suscripción que incluirá publicidad, pero a menor precio. Netflix anunció algo similar también hace poco con la publicidad.
Sí advirtieron que habrá algunos límites: no aceptarán anuncios de bebidas alcohólicas, de campañas políticas ni, obviamente, de sitios que son su competencia.
¿Se acuerdan en la década de 1990, cuando aterrizó el cable y su gran promesa era poder ver contenidos sin las interrupciones de la publicidad? ¿Y recuerdan cómo eso fue mutando, hasta que la TV de cable se empezó a parecer mucho a la de aire de siempre?
Netflix impedirá “compartir usuario”
Otra de las medidas de Netflix será “cortar el chorro” a quienes comparten usuarios con personas que viven en otra casa. De hecho, ya pusieron en modelo de prueba en algunos países un código de verificación personal.
Se acabará entonces uno de los rasgos distintivos que caracterizaban a las plataformas: el compartir de manera comunitaria su acceso. Ahora, cada casa, con su propia señal. Como en la época del cable, pero en la era de la movilidad y de los dispositivos individuales.
El gesto más inteligente que tuvieron las paltaformas antes de popularizarse fue tomar nota de cómo los usuarios consumían contenidos en la “edad de oro de la piratería”: buscando series o películas por intereses específicos y comentarios en foros, en idioma original, atendiendo a las calificaciones de otros usuarios, haciendo maratones de temporadas.
Esa atención puesta en cómo las personas empezaban a consumir, dejando atrás las reglas de la vieja televisión (publicidad que interrumpe el visionado, día y horario fijo de estreno, un capítulo por semana) creó el modelo de lo que hoy conocemos como plataformas de streaming. Y seguramente tuvo mucho que ver ese origen con el éxito de la propuesta.
Hoy, con una crisis que se se venir, algo huele a giro tradicional en la estrategia de las plataformas, que se instalaron con la promesa de ser la nueva televisión y se empiezan a parecer a la de siempre.
