Anoche, a las 22.15 comenzó por El Doce la segunda temporada de Argentina Tierra de Amor y Venganza, una telenovela que tiene impronta de serie y cierto impacto pop, ya que en la conversación social se refiere a ella con el acrónimo Atav 2. Y si bien su máxima pretensión es reinstalar la idea de que hay margen para la ficción en la TV abierta, la tira tenía la presión de que el telespectador no se disperse en el proceso de conversión de “telenovela de época” a otra de “basada en la más convulsionada historia reciente”.
Efectivamente, aun cuando en el medio mandan los realities, y las plataformas de streaming ofrecen un incalculable menú de alternativas audiovisuales, esta producción de Pol-Ka debía renovar votos con su base de fans sin complejizar la historia de la primera temporada.
Porque ahora el relato se activa por lo que hacen, en los primeros años de la recuperación democrática de los ‘80, los descendientes de los Moretti (Aldo Moretti y la Polaca, que fueron interpretados por Gonzalo Heredia y la China Suárez) y los Salvat (Bruno Salvat y Lucia Morel, por Albert Baró y Delfina Chávez).
Moretti y Salvat, familias de comienzos de siglo pasado signadas, precisamente, por amores irrefrenables y venganzas.
En su episodio de estreno, Atav 2 alcanzó a setear algunas de las tantas líneas narrativas que seguirá, aunque con preponderancia de las referidas a las consecuencias de la dictadura, como los desaparecidos y el secuestro de bebés, además de la que releva el amor entre dos adolescentes varones.
De hecho, el relato comienza una noche lluviosa de la Buenos Aires de 1977, en el que estos dos hombrecitos vuelven algo entonados de una fiesta. Luego entran a una casa, se dirigen a una habitación y se dan un beso apasionado, interrumpido por el padre de uno de ellos.
Las partes de la pareja son Segundo Machado (Tato Quattordio) y Antonio Salvat (Toni Gelabert), mientras que el padre en cuestión es Rafael Machado (Federico D´elia). Es padre de Segundo, médico, y quien le dice a Antonio que se tiene que ir urgente, porque en su casa pasa algo malo. Y bueno, la acción se dirige a lo de los Salvat, donde Silvia (Julieta Díaz), la mamá de Antonio que está embarazada, le sugiere a su esposo Pedro (Rafael Ferro) que también se tiene que ir ya, porque a ella le están pisando los talones. La referencia implícita, claro, es al terrorismo de Estado.
Entonces hay un salto temporal hacia el intercambio epistolar entre Segundo y el ahora exiliado Antonio, en el que el primero cuenta que su hermano murió en Malvinas. Y luego otro más hasta cerrar siete años de exilio en Barcelona, resuelto con una escena aeroportuaria en la que Luisa (Virginia Lago), madre de la desaparecida Silvia, recibe a su yerno y a su nieto, que habla con acento español.
Entre inserts históricos, imágenes de época, y diálogos precisos, el primer capítulo de Atav 2 abrió esta historia dura (con desesperantes escenas de cautiverio y de captura en un Falcón verde incluidas) con dinamismo.
A favor de Atav 2, hay que decir que su construcción no busca sintonizar en términos especulativos con la vibración generada por Argentina, 1985, dado que su realización fue simultánea a la del filme de Santiago Mitre.
La historia de Ana Pérez Moretti, la vedette que interpreta Justina Bustos
En paralelo, se narró el devenir Ana Pérez Moretti (interpretada por la cordobesa Justina Bustos), nieta de Raquel “La Polaca” (China Suárez) que aquí es una madre soltera que tiene problemas para cumplir con la exigencia de la dueña del comercio marplatense en el que trabaja. Pero en un buen día llegan al local el capocómico Ricardo Hills (Darío Barassi) y el productor Horacio Hills (Juan Gil Navarro), quien le ofrece trabajo en un teatro de revista porteño.
Con menos verosimilitud que la primera historia, Anita viaja de Mar del Plata a la capital, donde cumplirá su fantasía de ser vedette y encontrará los recursos económicos para el tratamiento de una enfermedad que padece su pequeño hijo.
Lo interesante en este punto es que el primer movimiento de Atav 2 puso de relieve el humor sexista y nada deconstruido de la época, apenas con una escena de backstage de teatro de revistas. Allí, además, Anita padeció la mirada altiva – despectiva de la vedette Mónica Villalobos (Andrea Rincón).
Atav 2 comenzó con sus creadores yendo al hueso, entreteniendo. Y dejando a su fandom con ganas de más.
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