Es poco habitual en la escena musical que dos bateristas armen un grupo, aunque eso poco les importa a Tomy Sainz y Pablo González. Estos dos expertos en hacer sonar magistralmente parches y platillos se unieron para presentar un proyecto conjunto en sociedad que solo lleva sus nombres propios y se presentará por primera vez en Córdoba este jueves.
El show será en Studio Theater y la cita es desde 20, en una velada que abrirá Sei Nou Mandi, el versátil trío de jazz fusión integrado por los hermanos Juan Pablo y Andrés Toch junto al bajista Federico Seimandi. Las entradas para una noche especial para dejarse llevar por la música se consiguen en alpogo.com.
Sainz comenzó de muy chico a tocar la batería y a los 19 se incorporó a la banda de Javier Malosetti, con quien grabó cuatro discos de estudio.
También formó los grupos Huevo y Román, referentes de la renovación del rock argentino, e integró la banda de Wos. Actualmente, toca junto a Acru, Louta, el mencionado Malosetti y prepara un disco a dúo con Ca7riel, sacando a la luz su incipiente faceta como productor.
“Desde siempre estuve en más de un proyecto artísticamente bien distinto uno del otro y ese desafío me divierte mucho. Tengo la suerte infinita de estar cerca y compartir con músicos que admiro, y no paro de aprender de ellos”, introduce Sainz respecto de su pasado y presente.
González, por su parte, es nacido en La Rioja pero curtido musicalmente en Córdoba, donde integró por muchos años el trío instrumental Sur Oculto, una referencia absoluta en esto de fusionar el jazz con otros estilos y explorar todo tipo de sonidos.
Luego se instaló en Buenos Aires donde fue baterista estable de Illya Kuryaki and the Valderramas: giró y grabó por doquier, haciéndose un nombre en la escena argentina. En la actualidad, integra el trío Mapu junto a Hernán Jacinto y Ramiro Flores y acompaña a Julieta Rada, Juana Molina, Dante Spinetta y Gustavo Santaolalla.
Justamente un proyecto anterior del saxofonista Ramiro Flores fue el que provocó el encuentro musical de estos dos jóvenes virtuosos.
“Con Pablo somos muy amigos, nos conocemos ya hace muchos años, y desde siempre que nos juntamos a tocar y practicar, hubo una conexión increíble. Hicimos muchas clínicas y tocamos a dos baterías, pero la primera vez que tocamos en un contexto más de banda y con el set más parecido a lo que hacemos ahora, fue para un EP de Hernan Segret”, recuerda Sainz sobre la génesis del proyecto.
Luego sí vino El Jardín de Ordoñez, un súper grupo formado por el citado Flores junto a Segret en bajo, Ezequiel Cantero en guitarra y los dos bateristas. “En ese grupo se gestó lo que hoy estamos mostrando. Trabajamos mucho la improvisación y los ritmos tocados de manera conjunta. Fue clave para desarrollar este set doblebata”, explica González.
Modo sampleo
Tras un comienzo más centrado en sus instrumentos tradicionales, hace un tiempo el proyecto viró más para el lado experimental de los samples, ya que cada uno incorporó unos controladores midi y teclados conectados a sus computadoras en su set.
“Estamos muy volados con el mundo del sampleo y eso nos permite que en lo que hacemos convivan músicas que nos gustan transformadas en algo nuevo. Por mi parte estoy muy enloquecido con la música que está saliendo entre los dos y para donde encaró esto”, detalla González.
Toda esa experiencia derivó en la grabación de un primer EP titulado Zona 1, un material basado en gran medida en la improvisación. “El EP sale de fragmentos del set que hacemos en vivo, que es en su gran mayoría improvisación. Así que hubo que elegir momentos y darles más una forma de canción para la grabación”, explica Saniz.
Para cerrar, adelanta que se viene un nuevo material y otras búsquedas. “En breve vamos a grabar Zona #2, con otra estética y con una propuesta audiovisual”.
