Con un Movistar Arena repleto, Dillom comenzó su despedida de Post Mortem, el disco que debutó el 1 de enero del 2021 y que no solo recibió aclamo por parte de la crítica, sino que además fue posicionado como uno de los mejores discos del año.
Después de que luces blancas danzaran sobre el escenario, la oscuridad se apoderó del lugar unos segundos hasta que una cruz de neón pendió sobre el mismo. Entonces, seis personas vestidas completamente de negro caminaron por la pasarela cargando un ataúd.
La voz de Mario Pergolini narrando Demian, la historia de un joven que atraviesa por una experiencia que lo transforma, llevándolo a comportamientos cínicos y delictivos, abrió el show dando paso a la entrada triunfal de Dillom con Post Mortem, el tema que le da el nombre al disco homónimo del cual se despidió ante un público sediento y embravecido.
El show, que más que un concierto se parece a una tétrica obra teatral, estuvo cargado de escenas góticas y dignas de una historia de terror que se arriman al sonido cada vez más oscuro que predomina en la escena del trap, en comparación a sus comienzos, allá por el 2017. La apuesta de Dillom es envolvente. No se trata sólo de música, se trata de luces, visuales, puesta en escena, vestuario, escenografía, y sobre todo, de contar una historia.
Mención especial a las banderas que flamearon entre el público que recordaron a aquella época del rock nacional más festivalero, más barrial. Las mismas dejaron en claro que las nuevas generaciones saben bien cuáles son sus raíces, como Dylan, quien en honor a Intoxicados, entonó Una vela, pero más en claro tienen hacia dónde quieren ir.
Un show con grandes invitados
La despedida de Post Mortem se las arregló para también ser un show de invitados no solo de lujo, sino “de todos los palos”. Del sello Bohemian Groove, creado por el mismo Dillom, se subieron al escenario Muerejoven y Saramalacara, junto al primero interpretó Coach y con la segunda, Rocketpowers. No obstante, lo que sin dudas hizo al público ebullicionar fue la presencia del duo Mirada, con quien Dillom cantó Dos, y la sorpresiva actuación de Andrés Calamaro, quien cantó Output Input con el artista de 22 años.
El momento emotivo del show fue llegando al final, cuando Dillom se tomó un momento para hablar y agradecer al público por el año que vivió artísticamente. “No podemos creer que esté llegando al final esta época tan linda, pero no quiere decir que no vengan épocas mejores. Le tenemos mucho cariño a este disco, a esta instancia de nuestra vida, y es gracias a ustedes. Gracias por comprar una entrada para el show, a pesar de cómo está la cosa. Espero que se lleven el mejor recuerdo de esta noche y que haya estado a la altura”, expresó el artista, quien así mismo, pidió a sus fanáticos que encendieran los flashes de sus celulares para acompañarlo en 220.
Para dar por finalizado el show, tras haber entonado Amigos nuevos, Dillom se metió dentro del ataúd en el que entró al escenario y fue transportado fuera del mismo por sus compañeros de Bohemian Groove. En lo que fue un cuasi funeral, el artista dio fin a una etapa pero comienzo a otra que está por comenzar.
Quien vaya a un show de Dillom a buscar trap, no lo va a encontrar, o por lo menos no en su totalidad. La propuesta del espectáculo de despedida de Post Mortem es pesada y muy pero muy rockera. Los músicos que acompañan a Dylan lo dejan todo en el escenario para que su importa de “ángel punk” quede grabada a fuego en el público.
Después de cuatro Vorterix sold out, un Luna Park, un Movistar Arena a toda capacidad, Dillom llegará a Córdoba el próximo 5 de mayo en la Plaza de la Música para despedir con su gente Post Mortem y demostrar todo el talento que tiene.
