“Tardamos menos en la ruta que en este trámite”. Un joven oriundo de Sunchales tiró ese dato en la tarde de este sábado y en una vereda de Santa María de Punilla, mientras hacía una cola eterna para retirar su ticket físico para entrar a Cosquín Rock, previamente comprado vía Internet.
Ese joven se lo tomó con cierto humor, pese a que se había perdido a Eruca Sativa por una demora de cuatro horas. Pero otros espectadores se pusieron más fastidiosos, mascullaron bronca contra la organización y, tal como sucede en estos casos, expusieron en redes su descontento.
Por la mañana, pasó algo similar en la sede de Edén, en pleno centro de Córdoba, con una cola de clientes que se extendió por tres cuadras.
El atenuante, en este caso, es que no se oían los temas del artista favorito mientras éste se expresaba dentro del predio.
El ingreso en sí no presentó mayores complicaciones, incluso cuando estaba contemplado también el chequeo del pase sanitario con las dosis de vacunas contra el Covid-19.
Al momento, la organización no emitió un comunicado oficial para explicar el desajuste en este aspecto, fundamental para cimentar la confianza entre espectador y festival.
