El pasado 3 de noviembre, Emilia lanzó su nuevo álbum de estudio, .mp3. La cantante argentina trabajó en esta producción durante todo el año y, a pocos días de ver la luz, le está dando muchas alegrías. Este disco es la materialización de la era dosmilera, un revival de su adolescencia marcado por el pop, la televisión de tubo, los casetes, VHS, CDs y viejos reproductores de mp3.
Todas estas tecnologías de antaño aparecen en la portada del álbum, en los nombres de las canciones, los clips y hasta en los cortes de difusión que subió a sus redes.
Supo utilizar recursos característicos de cantantes como Britney Spears, Christina Aguilera y Ke$ha, pero con sonidos del género urbano y la electrónica (este último muy presente en dos de las mejores canciones del disco, GTA y No_Se_Ve). También hay varias referencias a las primeras plataformas que aparecieron en Internet, entre otras cosas, para la descarga masiva de canciones.
Los guiños de Emilia hacia este choque de siglos no son nuevos. Por solo nombrar un ejemplo, la canción Esto recién empieza (junto a Duki, su pareja) tiene una estética retro que sin dudas marcó el camino hacia este nuevo disco que, con el diario del lunes, no refleja tan bien la evolución de la cantante como sí lo hace .mp3 en su totalidad.
Un segundo que puede empoderar al mundo
Hace ya un tiempo que la sociedad viene atravesando un regreso a viejas modas que, al igual que en sus años dorados, se pensaba que iban a ser pasajeras. Sin embargo, algunos de sus rasgos se mantuvieron en la música y se forjaron a sangre en artistas como Emilia. Ella supo leer la tendencia y abrazó lo retro para empoderarse en la industria.
Si se pudiera comparar este disco con un momento particular en la historia, sin dudas sería con aquel segundo que separa 1999 del 2000. Las 13 canciones de .mp3 entrarían perfectamente en esa pequeña medida de tiempo que generó tanta adrenalina en el mundo entero. Ese instante de felicidad, reflexión y ansiedad por el futuro que se repite en cada 31 de diciembre se puede relacionar con los dos principales sentimientos que Emilia le imprimió a este álbum.
“Este año me lo guardo en la cartera, no exagero”, expresa la artista en la primera línea de Facts. Luego de este tema, viene un set list de fiesta en altura. Bien terraza, terraza. Pero ya con 24_Hs, Ojitos verdes, A_1000_Km y Guerrero se apagan las luces externas y se encienden las internas.
En estos cuatro temas, Emilia pone en palabras sus miedos y heridas más profundas que terminan siendo canciones de cuna para jóvenes adultos.
Haciendo un paneo desde sus comienzos hasta este álbum, damos cuenta de un crecimiento exponencial en Emilia. Al margen de la flexibilidad de géneros por la que se mueve su generación de artistas, la cantante demostró que el electropop retro es y será su eje central de ahora en más.
Emilia tomó un formato y lo hizo álbum. Tomó los brillos en los ojos y los volvió tendencia. Tomó una moda y la convirtió en una marca personal. Tomó coraje y se volvió una popstar sin precedentes. Tomó sus emociones y las hizo canción para gente como ella que, salvando las distancias, a veces no sabe qué hacer con esta vida. Nunca fue niñera de nadie ni viene a dar lecciones morales con su música. Es una mujer segura de lo que quiere, y eso está muy lejos de donde creyeron posicionarla.
