El lunes 11 de octubre terminó la edición 35 de la Feria del Libro Córdoba, que volvió parcialmente a la presencialidad, después de haber sido absolutamente virtual en 2020.
Según datos provistos por la Subsecretaría de Cultura de la Municipalidad de Córdoba, unas 300 mil personas pasaron por el evento, que esta vez tenía sedes descentralizadas, en el Cabildo, en la Plaza de la Intendencia y otros puntos de la ciudad.
También indican desde la organización que se vendieron alrededor de 20 millones de pesos y participaron cerca de mil expositores.
Fueron 300 las actividades gratuitas a lo largo de 11 días, en más de 40 locaciones. La agenda presencial recreó 200 horas de programación presencial; mientras que en su entorno virtual, hubo más de 15 mil visualizaciones y 20 mil entradas a la página web, a partir de 70 horas de grilla virtual.
El lema de este año fue “Trascender fronteras, acercar culturas”, con curaduría de Graciela Bialet y producción general de Lisa Daveloza. Fue organizada, además de por la Municipalidad de Córdoba, por la Agencia Córdoba Cultura, la UNC, CALIPACER y SADE filial Córdoba.

Libros más vendidos
Como otros años, señalan que el título más vendido fue en las carpas de Plaza de la Intendencia fue El Principito, de Saint-Exupéry; y la novela gráfica Heartstopper 1, de Alice Oseman.
Por su parte, en librerías, las publicaciones con más ventas fueron Las malas, de Camila Sosa Villada y Otras medidas, de Pilar Ordóñez.
En los stands de Baron Biza (editoriales cordobesas, en el Cabildo) hubo ventas parejas para Elemental (Cielo invertido ediciones, Premio Burnichon 2021), Las plantas en la medicina tradicional (editorial detodoslosmares), Todo sobre Córdoba (editorial Babel), Alguien nos da la espalda (Narvaja editor), Los pájaros exóticos (editorial Caballo negro), Mubarak (Editorial Buena vista), Ecos de la lengua (Ediciones de la Terraza), la revista Rampante, y Poetas al vicio.
En relación al eje de infancias y juventud, la Sala Malicha recibió a más de 3.000 niñas y niños.

El circuito descentralizado también ocupó bibliotecas populares, centros culturales y el circuito de librerías.