Un grupo de apicultores comenzó hace casi una década un intenso camino de convertir a su producto en una delicia con alto valor agregado. Al principio sólo vendían en Córdoba y en el resto del país, pero su principal objetivo era ganar mercados externos.
“Para expandirnos afuera, debíamos tener volumen y la misma calidad de miel. Pero era muy difícil conseguir que los productores trabajaran con los protocolos que ya habíamos aprendido años anteriores”, cuenta Sergio Iglesias, miembro del grupo fundador de “Miel de Monte”.
Ni Walter ni sus compañeros se desanimaron. Al contrario, se capacitaron, implementaron protocolos de trabajo individuales pero al mismo tiempo conjuntos –con el mismo sistema- y homogeneizaron la producción. Mucho más que un cliché: la unión hace la fuerza.
“En general la comercialización de la miel se hace vía intermediarios, en su mayoría de la provincia de Buenos Aires o de Santa Fe, quienes compran la miel a un precio más bajo y luego la exportan a granel”, dice Iglesias, quien junto al grupo de colegas decidieron unirse para poder crecer, cada uno sin desventajas. La intención era dejar de exportar en tambor a granel y sin valor agregado, para hacerlo de manera fraccionada y con alto valor agregado.
Sus primeros pasos fueron consolidar el grupo exportador de origen mediterráneo: “Pro Córdoba, la Agencia de Exportación conjuntamente con exportadores Córdoba nos incorporó al resto de los productores. Armamos oficialmente el grupo exportador y prescindimos del intermediario”, cuentan.
Ellos son parte de Utuco, el proyecto que busca impulsar la gastronomía y los productos cordobeses como baluartes culturales y como partes de la identidad local.
Con el avance de los años lograron los estándares de calidad, con mieles con reconocimientos y premios internacionales. Y avanzaron con una miel gourmet de alta calidad.
De ese modo, lograron que los valores del precio de venta de la producción cordobesa subiera entre 40% y 60%. Además de Alemania y Dinamarca, que ya tienen mieles cordobesas, muy pronto el Reino Unido y Estados Unidos se sumaran a sus destinos.
Hoy hay cuatro tipos de miel diferentes pero Iglesias aclara que todas son “de calidad homogénea, de producciones orgánicas y agroecológicas y con un grupo exportador que puede exigir el precio atentos a la calidad del producto”.
También se agregó el origen botánico para diferenciar por ejemplo la procedencia, miel de mistol, de acacia, de garabato, para identificarla según las regiones. “Eso nos permitió estar hoy arriba y ahora podemos competir y ganamos mercado”, dice.
La miel de monte cordobesa se define así al ser una región fitogeográfica que produce la floración de este exquisito producto.
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