Los premios Oscar se han instituido como los galardones más importantes del cine. Por lo tanto, conducir la alfombra roja no es una tarea menor. Requiere, además de presencia, timing y conocimiento, una simpatía y carisma especial para entablar, en un espacio de pocos minutos, un diálogo fluido e interesante con las celebridades.
Liza Echeverría reúne todos estos atributos. Por lo que no resulta extraño que este sea el cuarto año consecutivo en que TNT Latinoamérica elige a la mejicana para estar a cargo de la conducción del pre-show de los Oscar, junto al argentino Axel Kuschevatzky.
-¿Cómo te preparás para conducir este evento?
-Es un proceso emocionante. Cuando se anuncian las nominaciones me meto en una cápsula, durante casi un mes, y nadie sabe de mí. En ese tiempo veo todas las películas nominadas y me documento lo más que puedo. Para mí es muy importante no quedar como la chica que habla de cosas superficiales, sino también ofrecer contenidos de interés al público.
En este proceso de reconocimiento de los nominados, Liza también va delineando sus favoritos. "Las nueve películas tienen su encanto. Gravedad tiene unos avances técnicos extraordinarios, Dallas Buyers Club me fascinó, es muy entretenida y humana, y 12 años de esclavitud es una producción grandiosa. Es un filme doloroso, difícil de ver pero grandioso. Creo que el Oscar está entre 12 años de esclavitud y Gravedad", se anima a pronosticar Liza.
-¿Tenés alguna cábala antes de salir al aire? ¿Cómo manejás los nervios?
–Los nervios siempre están ahí. Si dejaras de sentir esas cosquillas en el estómago no podrías transmitir de la misma manera, te obligan a ser mejor. Como cábala, trato de ignorar el hecho de que nos están viendo decenas de millones de personas, me imagino en la sala de mi casa, charlando con amigos. Y aquí Axel me da una gran ventaja. Me hace sentir tan cómoda que me tranquiliza.
En estos grandes eventos, no todos los actores están igualmente predispuestos a dialogar ante las cámaras. Algunos lo hacen por placer, otros por obligación. Y, generalmente, este segundo grupo hace muy difícil la tarea de los periodistas.
-¿Cuáles son los actores más difíciles que te tocó entrevistar?
-Axel, que los conoce a todos, me comenta de esos actores malhumorados y antipáticos, pero ellos generalmente no van a la alfombra roja porque no les interesa. La gente que asiste puede venir muy cansada pero nunca tiene esa actitud de "ah… que más me vas a preguntar", todo lo contrario. Una vez entrevisté a John Cusack y Mel Gibson y la pasé muy mal. Me contestaban monosílabos. Pero eso no fue en los Oscar sino en unas entrevistas para un programa en México. Igual, no hay que juzgarlos, todos tienen un mal día.
Del otro lado de la vereda, Liz ubica a George Clooney y recuerda una anécdota muy simpática con el actor. "En 2013, cuando George Clooney llegó a la alfombra roja, nosotros estábamos en un corte comercial. Nos angustiamos mucho porque pensábamos que íbamos a tener que grabar la entrevista pero George nos esperó para salir en vivo. ¡El hombre esperó dos o tres minutos! que podría habérselos otorgado a otro medio, y cuando salimos nos regaló una sonrisa enorme y dijo \'Hola chicos de TNT Latinoamérica, que coincidencia que estemos aquí conversando en vivo\'. Un encanto y muy buena persona", asegura Liza.
Este domingo 2 de marzo, con toda la emoción y nerviosismo que ello implica, Liza Echeverría transmitirá para toda Latinoamérica su cuarta alfombra roja de los premios Oscar. "Es un espacio donde uno puede permitirse ser humano, reconocer que no sabe algo. Admitiendo tu fragilidad y permitiéndote ser vulnerable, los resultados siempre son buenos", se despide, optimista, la conductora.
