La búsqueda de su primer empleo terminó para Ramiro de una manera inesperada. Luego de recibir una oferta laboral, cuestionó las condiciones que le propusieron y la empresa no se tomó bien sus consultas: lo acusaron de tener una “actitud gremialista”.
Según se vio en un video que circuló en redes, a Ramiro le ofrecieron un puesto administrativo y lo convocaron para una entrevista un lunes a las 11 de la mañana. Antes de aceptar, quiso conocer más sobre la posición y pidió detalles sobre el trabajo.
La empresa explicó que buscaba estudiantes de ciencias económicas que “priorizaran el crecimiento profesional sobre lo económico”. Cuando preguntó por el salario, le informaron que sería de 500.000 pesos brutos mensuales, equivalente a unos 460 dólares, por una jornada laboral de 45 horas semanales.
Ramiro, sorprendido, señaló que el monto le parecía bajo y consultó cuáles eran los beneficios adicionales. Desde Recursos Humanos enumeraron: cobertura médica, aportes jubilatorios, ART, aguinaldo, vacaciones pagas y recibo de sueldo. “O sea, lo mínimo que exige la ley”, comentó el joven con ironía.
La respuesta no cayó bien. Desde la empresa le señalaron que tenía una “actitud gremialista” y agregaron que en Argentina “trabajo sobra, pero lo que faltan son ganas de trabajar”. Ramiro retrucó: aclaró que ganas tenía, pero no para trabajar “por un salario de miseria”.
La situación despertó una fuerte polémica en redes sociales. Algunos usuarios apoyaron la postura de Ramiro, destacando que “las nuevas generaciones no son vagas, sino que tienen estudios y saben reconocer cuando los explotan”. Otros señalaron que, más allá del bajo sueldo, a veces “la experiencia vale” en el primer empleo.