La ciudad de Santo Tomé se prepara para un evento histórico este domingo: la elaboración del choripán más largo del mundo, en un intento por superar los récords existentes y consolidar una fiesta propia de la comunidad. La iniciativa, que forma parte de una nueva edición del Paseo Alberdi, busca no solo romper marcas, sino también celebrar el espíritu colectivo de los santotomesinos.
El ambicioso objetivo es alcanzar los 300 metros de longitud, una medida equivalente a tres cuadras completas. Con esto, Santo Tomé intentará destronar el récord mundial actual, que ostenta Chile con 265 metros, y dejar atrás la marca argentina de 165 metros, registrada en Córdoba. “Como dice el eslogan, está hecho por santotomesinos para el mundo”, señaló Alejandro, uno de los organizadores del evento.
La idea de este desafío surgió de uno de los puestos gastronómicos del Paseo Alberdi, buscando “hacer algo distinto y de gran impacto para la ciudad”. Para llevar a cabo esta hazaña, la comunidad local se ha movilizado activamente. Varias carnicerías, panaderías y verdulerías de la ciudad están aportando la materia prima, sumándose con entusiasmo a una propuesta que apunta a fortalecer el sentido de comunidad y mostrar el potencial productivo local.
El evento comenzará a las 10 de la mañana en el Paseo Alberdi. Además de la atracción principal del choripán gigante, la jornada contará con la presencia de más de 150 emprendedores y artesanos con sus stands, espectáculos en vivo, música, un paseo de compras y diversas opciones gastronómicas para toda la familia.
Se confirmó la presencia del gobernador Maximiliano Pullaro y del intendente Miguel Weiss Ackerley, quienes participarán de la jornada. “Prometió venir el gobernador con toda su comitiva”, destacaron los organizadores, mostrando orgullo por la expectativa generada.
Una vez que el choripán gigante sea construido y medido, será cortado y compartido de manera gratuita entre todos los asistentes. Se espera la llegada de miles de personas para ser parte de esta celebración que ya se anticipa como un hito para la ciudad. Santo Tomé, con sabor local y espíritu colectivo, se prepara así para intentar entrar al libro Guinness con un récord que promete dejar huella.