Lo que empezó como un desafío extremo terminó con un resultado dramático. Vali Graham, un joven estadounidense de 21 años, se arrojó desde más de 42 metros de altura en las cataratas Minnehaha, en Minnesota, con el objetivo de romper un récord mundial de clavados. Sin embargo, el salto casi le cuesta la vida.
La intención era superar la marca anterior de 41 metros, pero el impacto contra el agua fue brutal. El joven cayó en posición de “pike” cerrada, perdió el conocimiento al instante y debió ser asistido de urgencia.
A pesar de la violencia del golpe, Graham logró salir del agua por sus propios medios. Caminó casi un kilómetro hasta su vehículo y, con ayuda de sus amigos, llegó al hospital.
Según publicó The Sun, al ser atendido, los médicos detectaron que tenía el tímpano perforado, fracturas en varias vértebras, en el esternón y también en el cráneo. Debido a la complejidad de las lesiones, fue intervenido quirúrgicamente.
La historia se viralizó rápidamente en redes sociales y generó cientos de reacciones. Muchos usuarios advirtieron sobre los peligros de este tipo de desafíos extremos, que suelen compartirse en plataformas como TikTok o Instagram. Otros, en cambio, destacaron el estado físico del joven y su capacidad para salir del agua y caminar hasta pedir ayuda, a pesar de las lesiones.
Por ahora, Graham continúa recuperándose y no se sabe si volverá a intentar una hazaña similar. Pero su historia ya sirve como advertencia para quienes buscan la fama en internet a cualquier costo.