La conmoción se apoderó de las redes sociales y de Venezuela tras el brutal asesinato de Gabriel Sarmiento, un influencer reconocido por sus incisivas denuncias de corrupción y los lazos entre las fuerzas policiales y la peligrosa banda criminal Tren de Aragua.
Sarmiento fue acribillado a balazos mientras transmitía en vivo por TikTok, en un acto de violencia que ha silenciado una voz crítica y dejado en evidencia la magnitud del peligro que enfrentan quienes se atreven a denunciar.
Un denunciante incómodo silenciado en vivo
Gabriel Sarmiento, identificado también como Gabriel Jesús Sarmiento Rodríguez, de 23 o 25 años según distintas fuentes, vivía en El Piñonal, una zona urbanizada de Maracay, estado de Aragua, a unos 100 kilómetros de Caracas.
En su cuenta de TikTok, @unleacks, acumulaba casi 80 mil seguidores y se había convertido en una figura clave en la difusión de información sobre la corrupción del régimen de Venezuela y la complicidad de las fuerzas policiales con grupos criminales y terroristas, a quienes señalaba con nombre y apellido.
Sus denuncias alcanzaban a figuras como el ministro del Interior, Diosdado Cabello, y la gobernadora de Aragua, Johana Sánchez, a quien, curiosamente, Sarmiento también le dedicaba mensajes de apoyo.
El fatal ataque ocurrió mientras Sarmiento se encontraba en una de sus habituales transmisiones en vivo, observada por cerca de 300 personas.
En un impactante y desgarrador momento que quedó registrado, al menos dos hombres armados irrumpieron en su domicilio y le dispararon repetidamente.
El joven recibió nueve impactos de bala, según la autopsia realizada en la morgue de la región.
El último grito de alerta de Gabriel Sarmiento
Momentos antes de su muerte, en medio de la irrupción y las detonaciones, se escuchó a Sarmiento gritar: “¡Calle JJ Montesinos y metralla! Me dispararon, ¡me dispararon!”.
La cámara de su transmisión logró captar fugazmente los rostros de sus agresores antes de que la imagen se tornara oscura y el vivo se cortara abruptamente.
Un usuario que presenció la transmisión en vivo comentó posteriormente que Sarmiento pareció reconocer a uno de los atacantes, exclamando: “Yo estaba en el live cuando lo Mataron el reconoció a uno le dijo Gerardo que paso Gerardo que paso y el tipo que el reconoció le dió de una”.
La tragedia no solo alcanzó a Gabriel Sarmiento. En medio de los disparos, su madre también resultó herida de bala en el abdomen y fue hospitalizada en una clínica de Maracay, según reportaron medios regionales.
La peligrosa red denunciada: Tren de Aragua y corrupción policial
Las denuncias de Sarmiento se centraban en los vínculos entre la policía de Maracay y la banda criminal Tren de Aragua, a la que calificaba de terrorista.
“Estamos cundíos (llenos) de funcionarios delincuentes, que trabajan con delincuentes comunes”, había advertido poco antes de su asesinato.
También señaló directamente al fiscal del estado Aragua, a quien consideró “incompetente” y ligó directamente al Tren de Aragua, afirmando: “ya que a pesar de las solicitudes que he realizado, él no me ha dado ningún apoyo”.
Pocos minutos antes de ser ejecutado, Sarmiento había pedido “a las instituciones del Estado que investiguen a esos sujetos”.
El Tren de Aragua es una poderosa organización criminal que operó durante años desde la cárcel de Tocorón, también cerca de Maracay.
Desde allí, controlaban una vasta red de delitos que incluían narcotráfico, drogas, asesinatos por encargo, extorsiones, secuestros, robos de vehículos y trata de personas.
La valentía de Sarmiento al denunciar estas complejas y peligrosas conexiones es un aspecto central de la magnitud de este crimen. Un seguidor en uno de sus videos, que superó el millón de vistas, expresó el sentimiento general: “Gabriel Sarmiento la justicia de Dios no te olvidará mano” .
El clamor por justicia y el silencio oficial
Hasta la tarde del lunes en que se difundió la noticia, las autoridades venezolanas no se habían pronunciado oficialmente sobre el caso ni habían brindado detalles del asesinato que ha generado una ola de indignación y debate en las redes.