Matt Barr, conocido por tener el “pene más grande del mundo” con 37 centímetros según mediciones médicas, vuelve a ser noticia en el Reino Unido.
Esta vez, no es por su impresionante récord, sino por un curioso accidente doméstico que lo dejó con el brazo fracturado.
El insólito accidente en la ducha
El incidente ocurrió cuando Barr, de 41 años, se apuraba para ir a trabajar y se resbaló en la ducha. Según relató, el principal motivo de su caída fue que su miembro “se le cruzó en el camino” e impidió que viera el piso.
A esto se sumó el exceso de gel de ducha en el suelo de la bañera. “Mi pene era lo único que tenía en la línea de visión”, explicó.
El percance resultó en una aparatosa caída: se resbaló, salió volando de la bañera y cayó de cabeza, fracturándose el hombro contra el piso. El resultado: dos fracturas y varios días con el brazo vendado.
“Uno de los problemas de ser tan grande, sobre todo en la ducha con agua caliente, es que no puedo ver mis pies. Cuando me muevo rápido, me desestabilizo fácil”, detalló Barr.

Aunque ya había tenido “caídas menores” en el pasado, especialmente en la ducha con una pareja, esta fue “lo peor”. Tras este susto, Matt decidió adquirir una alfombra antideslizante para prevenir futuros accidentes, esperando que, aunque su pene le “tape la vista”, tenga menos posibilidades de perder el equilibrio.
Los desafíos de una anatomía fuera de lo común
La vida cotidiana de Matt Barr está llena de situaciones incómodas debido a su particular anatomía. A pesar de que su caso genera curiosidad y es tema de conversación en los medios británicos, Barr asegura que tener un cuerpo fuera de lo común no es tan divertido como muchos creen.
“Nadie piensa en los pequeños problemas que trae tener una anatomía diferente. Soy naturalmente torpe, y esto no ayuda”, afirmó.

No es la primera vez que su anatomía le causa problemas en público. Matt recordó un episodio durante unas vacaciones donde sus shorts “mostraron demasiado” al mojarse, y fue invitado a retirarse de la piscina de un hotel.
Debido a estas experiencias, ha optado por no ir a resorts tradicionales, prefiriendo “lugares más tranquilos”. Además, confiesa que siempre le generó ansiedad ir a duchas públicas por las reacciones de la gente, y ahora, tras el accidente, también le “da miedo ducharse solo”. Su miembro, de hecho, fue exhibido en el Museo Falológico de Islandia.
Impacto en la vida personal y sentimental
La singularidad de Matt Barr también ha afectado su vida amorosa. Recientemente, terminó una relación de dos meses, y el tamaño de su pene fue uno de los motivos de la ruptura.

Él describe la situación como frustrante, ya que es “difícil avanzar cuando no somos compatibles físicamente”. Barr lamenta que no puede tener una vida sexual normal y siente que la mayoría de las personas solo busca “probar por la novedad”, sin buscar una “relación real” con él.
¿Una solución? La cirugía de reducción que contempla
Ante los múltiples desafíos, Matt ha investigado la posibilidad de someterse a una cirugía de reducción, conocida como corporoplastia de reducción. Sin embargo, el costo es considerable, alrededor de 15.000 libras (más de 20.000 dólares estadounidenses).
A pesar de las constantes preguntas sobre por qué no se opera, Barr es claro: “Si fuera más barato y estuviera probado que funciona, ya lo habría hecho”. Por ahora, se queda “con lo que tengo, aunque no sea fácil”.
Mientras se recupera de sus fracturas, Matt Barr reflexiona sobre los retos de su anatomía y asegura que seguirá buscando estrategias para adaptarse a su vida cotidiana, incluso si eso implica cambiar hábitos y resignar algunas actividades.
Insiste en que vivir con el “pene más grande del mundo” no es tan glamouroso como parece