La protagonista de esta historia es Jordan Graham, una joven del tranquilo interior de Estados Unidos, quien era conocida por su firme convicción y práctica de la religión católica. Sin embargo, esta práctica fue el motivo de un trágico desenlace.
Una noche de Halloween conoció a Cody Johnson. Rápidamente, los jóvenes se sintieron atraídos y pensaban que su encuentro se trataba de un acto del destino, porque ambos compartían la convicción de mantener la virginidad hasta el matrimonio.
El romance creció rápidamente y culminó en una boda de ensueño.
Apenas unos días después de dar el “sí, acepto”, Jordan se enfrentó a un intenso temor ante la idea de tener intimidad con su esposo. Desbordada por la ansiedad, Jordan se sintió colapsada emocionalmente y cuestionándose si podría seguir adelante con la relación matrimonial, publicó Infobae.
Un trágico paseo
Una noche, ocho días después de la boda, los recién casados compartieron una cena familiar en la ciudad natal de Jordan. Las personas presentes notaron un clímax de tensión en la pareja, pero no hicieron demasiado hincapié en ello.
Luego de la cena, la pareja se dirigió al Parque Nacional Glacier para realizar una caminata. Tras la excursión, Jordan volvió sola y al día siguiente se dirigió a la policía para denunciar su desaparición. “Salió con amigos y no volvió” declaró.
Sin embargo, con la investigación policial, ella se vio acorralada y una semana después admitió la verdad: había arrojado a su esposo Cody por un precipicio de 60 metros.
A pesar de la apariencia perfecta que mostraban en público, en su interior, la joven se sentía atrapada por la presión que sentía. Jordan fue condenada a 30 años de prisión.
