Rosalía Lombardo murió de neumonía en 1920, una semana antes de cumplir dos años. Hoy, más de un siglo después, es conocida en Italia como “la momia más hermosa del mundo” y “La Bella durmiente”.
Su cuerpo intacto atrae a miles de visitantes, rodeado por conspiraciones y extrañas teorías sobrenaturales. Desde hace años, quienes la visitan aseguran que la pequeña parpadea desde su ataúd de cristal.
Junto a ella permanecen más de 8.000 cuerpos, en las Catacumbas de los Capuchinos, en la ciudad de Palermo (Sicilia). Entre ellos, hay 163 niños más.
En enero de 2022, convocó a un grupo de científicos para resolver el misterio que hay detrás de las momias infantiles en Sicilia.
Quién era Rosalía Lombardo, “la momia más hermosa del mundo”
Rosalía Lombardo nació en el seno de una rica y noble familia de Sicilia, Italia, el 13 de diciembre de 1918. Poco tiempo después contrajo neumonía y falleció el 6 de diciembre de 1920.
Su padre, Mario Lombardo, trató de mantener su cuerpo intacto y cerca suyo, según cuentan las crónicas de la época. Así, encargó que se embalsame el cadaver de su hija.
Esas crónicas relataban que el procedimiento estuvo a cargo de Alfredo Salafia, un profesor de química italiano, y también un notable embalsamador y taxidermista de principios del siglo XX.
Sin embargo, fue recién en 2012 que se confirmó esta teoría, cuando un grupo de investigadores del Instituto de Momias y Hombre del huelo de Bolzano tuvo acceso a las notas personales de Salafia.
Encabezados por el bioantropólogo Darío Piombino-Mascali, descubrieron cuál era la técnica empleada por el embalsamador, ya que él nunca la reveló en vida. Determinaron que el experto implementó una técnica innovadora y utilizó diferentes productos como zinc, ácido, glicerina y alcohol, según informó The Mirror.
Una vez terminado este proceso, el cuerpo de la niña fue trasladado a la Capilla de los Niños de las catacumbas de los Capuchinos de Palermo y se convirtió en uno de los últimos cuerpos en ser aceptados en la cripta.
El misterio de la momia de Rosalía Lombardo
El cuerpo de Rosalía Lombardo siempre estuvo en el ojo del público y de los investigadores por el buen estado en el que se mantiene. Tal fue la especulación, que se dijo que el cadáver era, en realidad, una “momia falsa”.
Sin embargo, ya en 2010 un grupo de expertos había sometido el cuerpo a pruebas y análisis rigurosos que revelaron que sus órganos aún estaban intactos y que su cerebro solo se había reducido al 50% de su tamaño original, acorde a lo revelado por el mismo medio.
Aparentemente, por respeto, la manta que la cubre nunca fue retirada, pero las radiografías también mostraron que sus piernas y brazos estaban íntegros y todavía allí.
Según se informó, además del novedoso método que empleó Salafia, el clima seco de la zona de Italia en donde se encuentra y las condiciones de su ataúd ayudaron a que los órganos se preservaron de manera magnífica.
Catacumbas de los Capuchinos: la momia que parpadea
Hasta no hace mucho tiempo, gran parte de quienes visitaban las catacumbas creía que Rosalía representaba “el regreso” de Santa Rosalía a Palermo. Muchos de los turistas contaron que, al pararse frente a Rosalía, la pequeña parpadeó.
Para ellos, este gesto habría sido una prueba de que el retorno de la Santa, una figura muy importante de Palermo, podría ser real.
Sin embargo, esta teoría fue desacreditada ya que se atribuye el fenómeno simplemente a un truco de la luz. Además, se dice que parece real gracias a lo bien que se conservó, aún con su cabello rubio y su piel cerosa, recopiló The Mirror.
“Es una ilusión óptica producida por la luz que se filtra a través de las ventanas laterales, que durante el día está sujeta a cambios. (Sus ojos) no están completamente cerrados y, de hecho, nunca lo han estado”, explicó Piombino-Mascali, actual curador de las Catacumbas de los Capuchinos de Palermo.
Desde enero de este año, investigadores buscan resolver los misterios detrás de las momias infantiles. Al frente de la iniciativa se encuentra la doctora Kirsty Squires de la Universidad de Staffordshire.
“Iremos en enero para llevar a cabo nuestro trabajo de campo. Tomaremos una unidad de rayos X portátil y tomaremos cientos de imágenes de los niños desde diferentes ángulos”, apuntó en diálogo con a The Guardian.
“Esperamos comprender mejor su desarrollo, salud e identidad, comparando los fondos biológicos con el tipo de cosas más culturales: la forma en que los individuos han sido momificados y la ropa que usan”, concluyó.
