La boda de Kristin Marino en Nueva York estuvo atravesada por la memoria y el homenaje. Hija de Kenneth Marino, uno de los bomberos fallecidos durante los atentados del 11 de septiembre de 2001, vivió un inicio de ceremonia que unió emoción y recuerdo: los compañeros de su padre la acompañaron hasta el altar frente al icónico Plaza Hotel.
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Con sus uniformes y en formación solemne, los miembros del Departamento de Bomberos de Nueva York (FDNY) sorprendieron a la familia al rendir tributo al caído. “Todos deseábamos y sabíamos que él debía haber estado con nosotros, pero fue muy especial tener a sus ‘hermanos’ allí”, comentó Katrina, la madre de la novia, a Daily Mail.
La emoción atravesó a todos los presentes, en especial a Tyler, hermano menor de Kristin, que no pudo contener las lágrimas. Después del homenaje inicial, los bomberos trasladaron a la familia en los camiones de Rescue Co. 1 hasta el Rockefeller Center, donde se realizó la ceremonia. Allí, la familia recordó cómo Kenneth había subido a sus hijos a un camión similar la mañana del 11-S antes de acudir a la emergencia en el World Trade Center.
Kristin también compartió un recuerdo íntimo: aquel día su padre le prometió traerle un regalo si se portaba bien. Semanas después, su madre encontró los obsequios que Kenneth había comprado: una muñeca Dorothy para ella, un Espantapájaros para Tyler y un adorno navideño de bombero.

Kenneth Marino había iniciado su carrera como voluntario a los 18 años y dedicó más de dos décadas al servicio. Durante los atentados, se mantuvo junto a un hombre que sufría un infarto y se negó a abandonarlo. “Todos le decían: ‘Ven, tenemos algo más grande que hacer’. Pero él respondía: ‘Sí, pero necesito ayudarlo’”, recordó su hija.
La boda, celebrada ante un centenar de familiares y amigos, tuvo un clima íntimo. Kristin llegó al altar acompañada por su abuelo, mientras sonaba Blue Moon, una canción compuesta por su esposo, el músico Noah Schnacky, como obsequio de compromiso. Durante la recepción, él interpretó otra canción escrita para ella, “I’m Not Going Anywhere”.
Al cerrar la jornada, Kristin agradeció públicamente al FDNY: “Estoy muy agradecida a los bomberos del FDNY por hacer que el día de mi boda fuera tan significativo e inolvidable”, declaró. Para ella, la presencia de aquellos hombres fue la mejor muestra de que el espíritu de su padre sigue vivo en la hermandad de los bomberos de Nueva York.