Sin dudas, es uno de los vehículos más recordados en la historia automotriz argentina. Sus fanáticos, y los que no lo son tanto también, no pueden olvidarla. La Ford F-100 es “la reina de las camionetas”.
Para repasar su historia hay que remontarse a los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, cuando este modelo llegó para suceder a otros históricos como el Ford TT y el BB, de las primeras décadas del siglo pasado.
Sin embargo fue hacia fines de los ‘40 cuando la F100 revolucionó verdaderamente el mercado con su tamaño y características, llegando a ser la más reconocida en el mundo.
En 1945 Ford inició el diseño de los primeros prototipos para fabricar una nueva serie en las camionetas Ford F-Series, la cual estuvo lista 3 años después. El lanzamiento fue muy recordado por su slogan: “Bonus Built … Built Stronger to Last Longer”, algo así como: “Fabricada más fuerte…para que dure más”.
La novedad de esta camioneta era su tamaño, con una cabina más grande, un asiento más cómodo y un parabrisas de una sola pieza que daba mejor visibilidad. Ford la denominó “la cabina del millón de dólares”.
A partir de su éxito inicial se le fueron haciendo algunas mejoras, las que generaron la salida de nuevos rediseños a partir de 1953, momento en que la pick up ya se había convertido en un ícono de la industria de esos tiempos.
El éxito fue tal que 10 fábricas de Ford en Estados Unidos estaban dedicadas a ese modelo, que también se fabricó en Brasil, con otro nombre, y que luego fue “hecho en Argentina.
A partir de su lanzamiento fueron siete las generaciones que completaron la vida de esta camioneta, con cambios profundos en su diseño y plataforma. La segunda se lanzó entre 1953 y 1956, la cual aumentó la distancia entre ejes, manteniendo la capacidad de carga y arrastre.
En la tercera generación, entre 1957 y 1960, se le dio un “maquillaje agresivo y moderno”, un verdadero cambio donde las líneas redondeadas dieron paso a otras más rectas, que la caracterizaron casi toda su vida.
Fue en ese momento cuando se empezaron a ensamblar las primeras F-100 en la vieja planta del barrio de La Boca, en Argentina, saliendo a la venta en noviembre de 1959, conocida popularmente como “Loba”.
Entre 1961 y 1966 se produjo la cuarta generación, cuando la Serie F volvió a tener faros individuales y las camionetas se hicieron menos altas y más anchas que antes.
Luego llegó la quinta generación, entre 1967 y 1972, construida sobre la misma plataforma que la anterior. Se sumaron más motores y niveles de equipamiento, con apoyabrazos, manijas interiores de las puertas y la moldura superior en los modelos equipados.
La serie F de sexta generación se introdujo en 1973. Esta versión continuó siendo construida sobre la plataforma de la F-100 1965, pero con mejoras significativas. Frenos delanteros de disco y el aumento de las dimensiones de la cabina fueron algunos de los cambios.
La serie de motores FE se interrumpió en 1976 después de una carrera de casi 20 años, reemplazado por la serie más moderna 351 (Modificado) y motores de la serie 400.
En 1980 llegó la séptima y última generación, con la cual se realizó un rediseño con cuerpo más grande, a partir del momento en que empezaron a sellarse las últimas etapas de la vida de la camioneta.
El sitio Autotest, publicó una serie de fotografías de una reliquia de esas décadas, una Ford F-100 con 40 años de antigüedad y apenas 56 mil kilómetros.
El dato fue aportado por la cuenta @fierros.vintage.arg, con esta Ford F-100 de 1980 con apenas 56.000 kilómetros de fábrica.
Acá, la galería de fotos de ese sitio.
