El autódromo Parque Ciudad de Río Cuarto fue escenario de un impactante siniestro el domingo 27 de abril durante la final de la Clase 3 de CA.PI.Cor, cuando el piloto Ulises Martínez perdió el control de su Volkswagen Gol tras un toque en la recta principal.
El vehículo salió despedido, traspasó el alambrado de seguridad y terminó dañando un auto estacionado, en un vuelco que dejó al automovilismo argentino en vilo. Afortunadamente, Martínez salió ileso y relató el dramático momento: “Cerré los ojos, me agarré fuerte, apreté los dientes y esperé el golpe.”
Un choque que paralizó al autódromo en Río Cuarto
El incidente ocurrió en la recta larga del circuito cordobés, antes de la zona de frenado, durante una carrera de la categoría zonal CA.PI.Cor. Según explicó Martínez en diálogo con Carburando, el accidente se desencadenó por un leve toque en la parte trasera de su auto. “En la final de la recta larga, tengo un toque de parte de atrás y se me desacomoda el auto. Cuando piso el pasto, pierdo el control totalmente y salí disparado para el lado del alambrado”, detalló.
El Volkswagen Gol dio varias vueltas en el aire, impactó contra las barreras de seguridad y atravesó el alambrado, dañando un vehículo particular estacionado.
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Las cámaras de la transmisión oficial captaron la magnitud del choque, mostrando cómo el auto salió primero por el sector derecho de la pista antes de dirigirse violentamente hacia el alambrado izquierdo. Desde la cámara a bordo, compartida por Martínez con Carburando, se observa el momento exacto del impacto, seguido por los esfuerzos del piloto para abandonar el vehículo por el baúl, ya que las puertas quedaron inutilizables. “Apenas frenó el vuelco, avisé por la radio que estaba bien y salí por mis propios medios”, relató.
Un milagro en el asfalto
A pesar de la gravedad del accidente, que dejó el auto completamente destruido, ni Martínez ni los espectadores resultaron heridos. “Veníamos muy fuerte, fue antes del frenaje y fue muy feo. Di vueltas en el aire, pero gracias a Dios no me lastimé. Todas las medidas de seguridad funcionaron bien”, afirmó el piloto, destacando la efectividad de los sistemas de protección, como los cinturones y el diseño del habitáculo. La rápida respuesta de los equipos de emergencia en el autódromo también fue clave para confirmar que no había lesionados.
El Autódromo de Río Cuarto, un escenario de historia y riesgos
Inaugurado en 1959 con el padrinazgo de Juan Manuel Fangio, el Autódromo de Río Cuarto es uno de los circuitos más emblemáticos de Argentina, pero también ha sido testigo de incidentes trágicos en el pasado. En 2002, el joven piloto Matías Rico, de 19 años, falleció tras un accidente en la Fórmula Renault, un hecho que marcó al automovilismo nacional. Aquel choque, ocurrido en circunstancias similares en la recta principal, dejó secuelas imborrables, con Rico sufriendo graves heridas internas tras un impacto a 170 km/h.
El accidente de Martínez reaviva el debate sobre la seguridad en los circuitos zonales. Aunque las obras recientes en el autódromo, como la ampliación de boxes y la construcción de una nueva sala técnica, muestran un esfuerzo por modernizar las instalaciones, el incidente pone en foco la necesidad de revisar las barreras de contención y las zonas de escape, especialmente en sectores de alta velocidad como la recta larga.