Lo que comenzó como un encuentro común por Tinder terminó en una historia que sorprendió a las redes. Martina y un joven habían arreglado para verse esa misma noche. “Creo que te vi”, le escribió él. “¿Dónde?”, preguntó ella. “Hoy a las 22, tomando unos tragos conmigo”, remató el chico. Ella aceptó y le pidió la dirección.
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Él llegó puntual a las 22.05 y avisó: “Llegué, estoy abajo”. Desde el balcón, ella preguntó cuál era su auto. “El Corsa rojo”, respondió. Pero Martina nunca bajó. El joven, confundido, la vio subirse a otro auto. “Te subiste a otro auto, no podés más de colgada”, le escribió. El auto arrancó y el chico empezó a sospechar que algo andaba mal: “¿Estás bien? ¿Llamo a la policía?”. Sin respuesta, insistió varias veces.
Recién a las 00.40, Martina reapareció con un mensaje: “Acá estoy, perdón por todo lo que pasó”. Cuando él le preguntó qué había ocurrido, ella confesó: “Te cité a vos y a otro que también me gustaba a la misma hora en la puerta de mi departamento, y me terminé quedando con el que tenía mejor auto. Sé que es imperdonable, pero igual te pido perdón”.
El joven no podía creer lo que leía: “Yo acá preocupándome por vos”. Ella admitió que la había pasado mal: “Puse en primer lugar a un egocéntrico que solo hablaba de él y de su auto. Cuando se enteró que no iba a pasar nada, me hizo pagar la mitad de la cuenta. Sé que me lo merezco por ser superficial, pero me hubiese quedado con vos, quizás eras un dulce”.
El pedido final y la respuesta que fue ovacionada en redes
Ya arrepentida, Martina le pidió ayuda: “El pibe se fue y me dejó acá sola, no tengo plata ni para el Uber ni taxi. ¿Me podés pasar a buscar?”. El joven dudó, pero aceptó. Ella le mandó la ubicación y él le pidió que se acercara a una esquina.
Cuando Martina le envió una foto para avisar dónde estaba, llegó el mensaje que cerró la historia: “Haceme otro favorcito. ¿Viste esa bici del Gobierno de la Ciudad que aparece en la foto? Agarrate una y volvé pedaleando”. Y la bloqueó.
La anécdota se compartió masivamente y generó debate: muchos celebraron la reacción del joven, mientras otros discutieron el sincericidio de la chica.