Natasha, una joven colombiana que se instaló en Buenos Aires hace algunos meses, compartió en redes sociales una serie de hábitos argentinos que incorporó a su vida cotidiana. Entre ellos, hubo uno que le llamó especialmente la atención: el consumo de pan en todas las comidas.
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“El pan con absolutamente todo”, expresó sorprendida en el video que publicó en su cuenta de TikTok y que rápidamente se viralizó. Allí detalló que, en su país natal, lo más común es acompañar las comidas con arroz o arepa, pero que en Argentina el pan está presente siempre, y en todo tipo de platos. “Obviamente a mí hoy en día no me puede faltar”, reconoció.
La joven enumeró comidas típicas que, según su experiencia, siempre se sirven con pan: pastas, milanesas y el clásico asado argentino. El video, que superó miles de visualizaciones, generó empatía entre los usuarios, que celebraron su entusiasmo por uno de los alimentos infaltables en la mesa local.
Además del pan, Natasha mencionó otras costumbres argentinas que fue adoptando desde su llegada. Por ejemplo, explicó que al principio le resultaba extraño que le dijeran “b… con cariño”, ya que en Colombia esa palabra tiene un tono ofensivo. “Para mí eso antes era como un insulto”, explicó, aunque luego entendió que, en el contexto argentino, puede ser una expresión amistosa.
También habló sobre el fernet con coca, una bebida que probó por primera vez en Argentina y que, según dijo, le parecía “como un jarabe, como un remedio”. Sin embargo, con el tiempo le tomó el gusto y hoy lo prepara “70-30”, tal como lo suelen hacer muchos fanáticos de esta bebida.
Finalmente, comentó que otro rasgo del lenguaje argentino que le costó entender fue el uso del prefijo “re” para intensificar adjetivos, algo que ahora ya forma parte de su vocabulario. “No entendía, pero ya lo uso”, aseguró entre risas.
La publicación despertó decenas de comentarios de argentinos que celebraron sus observaciones y le dieron la bienvenida con humor. “El pan es religión acá”, escribió uno. Otro sumó: “Si no hay pan, no comemos”. La historia de Natasha se convirtió en un ejemplo más de cómo la convivencia entre culturas puede dejar anécdotas divertidas y virales.