¡Apareció! La historia del “gorrito de Instituto” se había viralizado el lunes en redes sociales. Gonzalo Tessio, fanático de la Gloria, había perdido un gorro con el escudo de Instituto, pero detrás había otra historia.
Para él ese sombrero tenía un sentimiento especial: era un regalo de su papá, único recuerdo de cuando su viejo lo llevaba a la cancha.
La Voz se hizo eco de la historia en Twitter y compartió el mensaje de Gonzalo. La historia también se reflejó en Instagram y Facebook donde hubo cientos de mensajes. Los hinchas -no sólo de Instituto- compartieron la publicación y finalmente el gorrito apareció.
Video: así explica Gonzalo cómo apareció el gorrito
“Muchas gracias a todos por la difusión y la buena onda. Gracias a Dios lo encontré y ya está conmigo de vuelta”, señaló con una sonrisa enorme.
En un video eviado a La Voz contó la forma en la que lo encontró. “Quiero agradecer a todos por la difusión y buena onda. Lo tenía una chica que lo agarró el bebé a la salida de la cancha y me devolvió el piluso”, contó.
Gorrito de Instituto: Gonzalo cumplió con su promesa
Pero eso no quedó ahí, porque Gonzalo, tal como lo reflejamos en la nota de ayer, había prometido donar 10.000 pesos para el “recibimiento” de Instituto en la final de vuelta que jugará en el estadio de Alta Córdoba ante Estudiantes de Caseros.
“Lo prometido es deuda. No paro de agradecer a todos y el sábado que sea un infierno Alta Córdoba”, escribió, al mostrar el recibo de transferencia de los 10.000.
Instituto atraviesa uno de los mejores momentos de sus últimos años en materia futbolística. Sus hinchas sueñan con el regreso a Primera División y esperan por la final ante Estudiantes de Buenos Aires.
Ahora, Instituto deberá enfrentar a Estudiantes de Caseros, primero en Buenos Aires el sábado 12 y luego habrá revancha el 19 en Alta Córdoba.
“Si no aparece el gorrito no salimos campeones”, había escrito un hincha glorioso en Facebook, poniendo como cábala el sombrero albirrojo de Gonzalo. El gorrito apareció y hay un hincha más que feliz de haber recuperado un regalo único que le dejó su papá.
