Julieta Salvatierra tenía 23 años, una hija pequeña y toda una vida por delante.
El 15 de julio pasado, en medio de un nuevo episodio de violencia, con una pelea entre bandas en barrio Sol Naciente, zona noroeste de la ciudad de Córdoba, recibió un disparo en la cabeza que la dejó en estado crítico.
Seis días después, falleció en el Hospital de Urgencias. En las últimas horas, desde la fiscalía a cargo de Jorgelina Gutiez, se confirmó que ya hay cinco personas detenidas por el crimen: todas imputadas por homicidio agravado.
La investigación avanza en un contexto denso, marcado por la violencia barrial y por los posibles vínculos con el narcotráfico.
La fiscalía realizó más de 10 allanamientos, algunos incluso fuera de la ciudad de Córdoba, para dar con los implicados.
Dos de los cinco detenidos se entregaron de forma voluntaria, en un estado de aparente vulneración, condición que falta ser corroborada por la Justicia.

Las imputaciones en medio de la violencia urbana
Los cinco hombres, todos mayores de edad, están imputados por el delito de homicidio agravado por la participación de un menor.
El agravante vinculado a la intervención de un menor de edad complica aún más la situación de los imputados y refleja, según los investigadores, una aparente peligrosidad y un largo alcance de reclutamiento del accionar de la patota que atacó a Julieta.
Aunque los nombres de los detenidos no se hicieron públicos por cuestiones procesales, se sabe que la investigación avanza con firmeza y creen que están en presencia del “primer bloque” de responsables.
Nadie descarta que pueda haber más detenidos en las próximas horas.
“La actitud de no someterse al proceso complica a los imputados. Si dicen que tienen heridas, van a tener que probarlo. No hay información corroborada sobre eso por el momento”, declaró a este medio una alta fuente judicial.

Qué pasó con Julieta Salvatierra, otra víctima de la violencia en Córdoba
La noche del 15 de julio, cerca de las 23, tres jóvenes llegaron hasta una vivienda ubicada en la Manzana 33 del barrio Sol Naciente.
Según testigos, la intención era “saldar cuentas” con un joven con quien habían tenido un conflicto previo. Allí se habría desatado una pelea en la calle.
Se cree que un hermano de uno de los jóvenes atacados intentó interceder y recibió un piedrazo en la cabeza. En ese momento, habría comenzado a participar la víctima.
Si bien se desconocen los detalles, los pesquisas entienden que Julieta, pareja de uno de los involucrados, habría intentado frenar la situación.
En ese contexto, apareció un arma de fuego que fue disparada al menos una vez. Pero se especula con que en realidad se habría producido una balacera, aunque no se sabe hasta el momento si hubo un intercambio de fuego, o si un sólo bando disparó contra un grupo desarmado.
Un balazo impactó en la sien de Julieta, quien cayó gravemente herida.
La joven fue trasladada en un patrullero al dispensario barrial y luego derivada al Hospital de Urgencias, donde falleció el 20 de julio. La autopsia confirmó que murió producto de una lesión cerebral causada por el disparo.

Hipótesis en conflicto: lo que se dice sobre el crimen y la violencia
Gutiez mantiene una línea de trabajo abierta y no descarta ninguna hipótesis.
Aunque los investigadores persiguen un posible trasfondo vinculado al narcomenudeo, por ahora no se ha podido comprobar que el crimen hubiera sido por una “guerra narco”.
“Todavía no está acreditado el móvil, es materia de investigación. Falta reconstruir bien qué pasó, en un contexto en el que no hay cooperación de la gente”, sostuvo un pesquisa.
Desde el entorno vecinal, sin embargo, circulan versiones más categóricas. “A Julieta la mataron en una pelea por el control de la droga”, afirmó un grupo de vecinos que habló con este medio bajo reserva.

Según relataron, son testigos de que la zona se convirtió en los últimos años en un escenario habitual de peleas entre grupos por el tráfico de drogas.
Una fuente policial, también en off the record, apuntó: “Este tipo de causas, en las que son bandas contra bandas, son muy difíciles de esclarecer porque hay miedo, pactos de silencio y mucha violencia de por medio”.
Se entregaron dos por temor: machetazos y miedo a la violencia
Dos de los detenidos decidieron entregarse en las últimas horas, presuntamente luego de haber sido atacados por vecinos del mismo barrio.
Llegaron a la sede judicial con heridas visibles –según lo que aseguraron allegados de los sospechosos–, como cortes en la cabeza y en los brazos, que habrían sido producidos por machetazos.
Aunque desde la fiscalía insisten en que no pueden confirmar esta información, fuentes barriales aseguran que fueron agredidos por otros habitantes del barrio Sol Naciente.
“No se sabe si quienes los atacaron tenían relación con Julieta, pero el enojo en el barrio era generalizado”, indicó un referente barrial que accedió a dar su testimonio bajo estricta reserva de su identidad.
Según esta versión, el temor a nuevas represalias y el clima de hostilidad los habrían empujado a presentarse ante la Justicia.
Barrio Sol Naciente: droga y violencia urbana
El crimen de Julieta volvió a poner en el centro de la escena a barrio Sol Naciente, un sitio de la periferia noroeste de Córdoba donde, en palabras de sus propios habitantes, “se respira un tenso clima de violencia”.
Rodeado de boliches, de zonas de entretenimiento y de rutas de acceso al aeropuerto, se ha convertido, según un grupo de vecinos del lugar, en un enclave estratégico para el narcomenudeo.
“Desde aquí se trafica hacia la zona de los boliches, del aeropuerto y de locales nocturnos con gran concurrencia”, reconoce otro referente barrial que pidió hablar en anonimato.
En este marco, un significativo número de voces vecinales insisten en una misma línea: Julieta fue víctima colateral de un enfrentamiento narco.
Y agregan un dato inquietante: “Acá, cada vez que alguien ‘pierde territorio’, se arma una cacería. No es la primera vez que pasa. Y no va a ser la última si nadie frena esto”.
Según ellos mismos, el miedo está latente. Una prueba de ello es que nadie se atreve a hablar con nombre propio.
Nadie denuncia.
Pero, según reconocen, todos saben que cualquiera puede terminar en el medio de una pelea que no le pertenece.
Investigación abierta por el asesinato de Julieta Salvatierra
La fiscalía así declaró cerrada una primera fase, que condujo a las cinco detenciones ya concretadas. Sin embargo, la causa sigue abierta y se esperan nuevas medidas probatorias.
Lo que declaren los imputados en sus indagatorias podría abrir nuevas líneas de investigación o apuntar hacia otros posibles partícipes del crimen. También podría arrojar nuevos argumentos lo que surja de los elementos que serán peritados en los próximos días: cámaras de seguridad, teléfonos celulares y testimonios de los involucrados.