La promesa de un “lote” de marihuana como recompensa y un auto como “garantía”. El préstamo del auto bajo esas condiciones para transportar droga fue un viaje sin retorno para una presunta organización narco que cayó con 20 kilos de marihuana en la autopista Córdoba-Rosario.
El supuesto facilitador del Volkswagen Golf a cambio de la marihuana y un Vento como garantía, Patricio Campos de Lucca (27), recibió un revés en la Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba, que confirmó su procesamiento (con prisión preventiva) por el transporte de estupefacientes agravado (por la cantidad de intervinientes).
La resolución vino a respaldar la acusación atribuida por la fiscal federal de Villa María, María Marta Schianni, y el procesamiento dictado por el juez Roque Rebak. El magistrado ya había procesado (con preventiva) a la banda que habrían conformado su hermano, los albañiles Natal Campos de Lucca (22), Maximiliano David García de la Vega (43), Damián “el Porteño” Moyano (38) y su novia, la artesana Romina Soledad Batiatto (37).
El 3 de diciembre último, los planes no salieron según lo previsto. Mientras realizaban un control de rutina en la autopista, Gendarmería frenó al Golf a la altura del kilómetro 588, en proximidades del peaje de la localidad de James Craik. En el auto circulaban Natal, Moyano, Biatto y García de la Vega.
Ante el inconfundible olor a marihuana que emanaba del interior, los efectivos les solicitaron que se bajaran e inspeccionaron el interior. Les encontraron 22 “ladrillos” (casi 20 kilos) de marihuana, y poco más de dos gramos de cocaína debajo del asiento trasero y en el baúl.
Cómo llegaron al facilitador
A partir del análisis de los teléfonos celulares de los imputados, la fiscal puso la lupa sobre el rol que habría jugado Patricio. Habría recibido la promesa de una parte o “lote” de la droga y la garantía del Vento (presuntamente de Moyano), lo que quedó reflejado por los audios de WhatsApp entre Moyano y los hermanos Campos de Lucca, registrados horas antes del traslado de la droga.
El día del hallazgo de los “ladrillos”, Patricio habría aguardado en su casa de Huerta Grande el arribo de un cargamento de estupefacientes, lo que le imposibilitaba acompañar a la banda en el Golf.
Patricio fue detenido en su domicilio con unos pocos gramos de marihuana y una planta de cannabis, por lo que fue sobreseído.
Sin embargo, en la causa principal, el juez lo procesó. La defensa apeló al considerar que no había elementos que lo vincularan con los “ladrillos”, y el expediente “subió” a la Cámara.
Mensajes
Del largo listado de audios y de mensajes de texto, la fiscal pudo establecer que Patricio le habría prestado su auto a Moyano para que Natal lo condujera y pudieran trasladarse hasta tierras santafesinas –presumiblemente el objetivo– para buscar la marihuana.
No obstante, Patricio le habría puesto la condición de que le entregara el Vento como “garantía” por si ocurría algún inconveniente. “Cualquier cosa que le llegue a pasar a mi auto, no me quiero quedar en bolas (…). Quiero tener un respaldo. Decime: ‘Mirá, si a tu auto le pasa algo, te doy el mío’”, le insistió a Moyano.
Pero cuando los efectivos allanaron su casa, no encontraron el Vento, sino un Chevrolet Astra. Ante testigos del procedimiento, Patricio admitió que lo había recibido de un familiar de uno de los detenidos “a cambio” o como respaldo por su Golf, que había sido secuestrado en la autopista.
En su indagatoria, Moyano ensayó una versión que el juez desechó por irreal. Planteó que su empleado en una obra de construcción en Huerta Grande –García de la Vega– le había solicitado que lo trasladara a Rosario de urgencia porque su madre presuntamente corría riesgo de muerte.
Explicó que, por esa razón, le solicitó a Natal que le pidiera a su hermano Patricio que le prestara el Golf. Al llegar a Rosario, siempre según su relato, notaron que la madre de García de la Vega sólo había sufrido una descompensación, por lo que antes de regresar a Huerta Grande comieron y pasearon por el río Paraná.
Durante ese lapso de distensión, según dijo, el Golf quedó abierto, y al regresar por la autopista se sorprendieron recién cuando los efectivos los frenaron y les encontraron casi 20 kilos de droga.
“Luego de la detención y al comenzar a atar cabos, sólo puedo decir que el auto (…) en el que nos trasladamos quedó ‘solo’, sin nuestra custodia personal, en el río, unos 20 minutos, lo que demoramos en comprar las empanadas”, intentó exculparse.
Natal adhirió a la versión de Moyano, lo que no convenció al juez, que terminó por procesarlos junto a García de la Vega y a Batiatto por transporte de estupefacientes agravado.
Por su parte, la Sala B de la Cámara confirmó el procesamiento de Patricio como partícipe necesario al prestarle su auto para el traslado de la droga. “De conformidad a los elementos de prueba (…) ha quedado demostrado que habría facilitado su automóvil para que se lleve a cabo el traslado de la droga. Aporte esencial que, sin el mismo, el delito no habría podido concretarse”, expresó la vocal Liliana Navarro, con el voto de su par, Abel Sánchez Torres.
La “pata” santafesina
Nuevamente, el material inserto en los celulares arrojó más pistas a la causa. Entre los numerosos mensajes intercambiados entre Moyano y los demás imputados, sobresalió un contacto: “Maxi”.
La fiscal logró precisar que eran alusivos a la entrega de estupefacientes, rendición de dinero y coordinación de actividades de narcotráfico. Pudo determinarse que “Maxi” era Maximiliano Ortigoza y que tenía dos residencias: en Rosario y en Granadero Baigorria.
Esta última localidad santafesina ganó fama en enero a partir del triple crimen de Maximiliano Giménez, de 33 años, su beba Elena, de un año y medio, y Erika Romero, su pareja, a la salida de un casamiento.
Sin conexión con aquel caso, en la causa de los hermanos Campos de Lucca los gendarmes lograron captar, a través de las antenas, la línea de “Maxi” en una determinada zona entre Granadero Baigorria y Rosario, manteniendo comunicaciones en pocos días posteriores al hallazgo y el decomiso de la droga.
Los investigadores lograron advertir que uno los lugares frecuentados por Ortigoza –cerca del colegio al que llevaba a sus hijos– habría sido el convenido con Moyano para entregarle o “bajarle” las drogas a cambio de 3.200 dólares y 140 mil pesos. También identificaron su auto, un Peugeot 3008, a nombre de su esposa (a cargo de una peluquería). Particularmente, Ortigoza fue preciso al darles a los detenidos en la autopista detalles del mismo 3008 en el que Ortigoza fue multado en La Cumbre, pocos días después del decomiso de los “ladrillos”.
Pero lo que terminó de despejar las dudas para la fiscal sobre la identidad de “Maxi” fue un correo electrónico que conservaba Moyano en su celular con una transferencia de dinero realizada a un hermano de Ortigoza. Un “movimiento” que, se sospecha, podría estar relacionado con las actividades de narcotráfico.
Ortigoza está prófugo, con pedido de captura.
Condicional para integrante de la banda del “Don”
En otra causa, uno de los integrantes de la banda narco del “Don” recibió este jueves la libertad condicional. Cristian David “el Ñato” Autelli quedó envuelto en un caso narco cuando, en 2015, se secuestraron más de 530 kilos de marihuana en un hotel de la ciudad de Federal, Entre Ríos.
En el operativo fueron apresados los misioneros José Luis “el Don” Chaparro (el apodo sería por el personaje Don Vitto Corleone, de la saga de El Padrino), Hugo Orlando Nielsen y José Luis Castillo.
“El Ñato” Autelli fue sindicado como el financista del traslado del colosal cargamento desde Posadas hacia Córdoba, cuyo distribuidor en Alta Gracia era uno de sus principales clientes, Cristian Leonardo “el Tata” Sanramé.
Autelli recibió 10 años de prisión; Castillo, siete; y Sanramé, cuatro, entre otros sentenciados. Los que obtuvieron las penas más altas fueron “El Don” y Nielsen: 12 años.
Nielsen, sin embargo, consiguió esta semana que le redujeran cuatro meses la pena por estímulo educativo.
