“Los chicos y los adolescentes se saben inimputables en los robos porque la Justicia no les llega. Hay adultos que los mandan a delinquir y cuando son apresados, porque los identifican las cámaras de seguridad, se ríen y contestan que dentro de un rato los vamos a tener que llevar a su casa”.
Las palabras pertenecen al secretario de Gobierno de Villa Allende, Felipe Crespo, quien en diálogo con La Voz aseguró que la localidad a 20 kilómetros de la Capital es azotada por chicos de corta edad, coordinados a veces por adultos, quienes atacan a comercios, transeúntes y hasta protagonizan entraderas a viviendas de la zona céntrica.
Las palabras de Crespo fueron replicadas por comerciantes y vecinos de la zona, que se refieren a los jueces de menores y les piden que “busquen mantener aunque sea bajo tratamiento a los chicos”.
“Los casos se repiten una y otra vez, están filmados, son chicos de 12 a 15 años, pero también hay de 8, 9 y 10 que ‘empuñan el delito’ desde muy pequeños. Los jueces los liberan inmediatamente y se los entregan a sus familias”, dijo con preocupación un referente de la zona comercial que prefirió no ser identificado.
“Hay un caso emblemático que sucedió una semana atrás. Un niño de 12 años rompió una vidriera de un negocio para llevarse unas prendas de ropa. La Policía de Córdoba lo detuvo y a las horas fue liberado. Al día siguiente volvió a delinquir, volvió a quedar filmado. Nuestro temor es que venga alguien y lo mate, por eso pedimos que los resguarden, ya que son sus familiares los que los mandan a robar”, planteó otra fuente del lugar.
Según Crespo, los niños y adolescentes que delinquen están generando un grave problema en la ciudad. “Rompen los vidrios de los comercios para sacar algo de valor que luego intercambian para consumir drogas. Desde la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf) aseguran que se van a ocupar, pero al cabo de unas horas vuelven a la calle y roban otra vez”, comentó.
Los hechos se registran particularmente en el área céntrica de la ciudad, pero también se replican en zonas más periféricas, como en barrio La Polinesia, un sector carenciado de Villa Allende.
“El área de Seguridad Ciudadana se ocupa de perseguir a través de las cámaras de vigilancia y en operativos callejeros. Muchas veces encontramos a los delincuentes y la Policía los detiene. Pero finalmente las leyes los dejan en libertad. Por eso la solución es bajar la edad de imputabilidad”, consideró el funcionario.
En esa misma línea, planteó que hay robos con participación de menores de edad que “tienen sentido de tiempo, espacio y gravedad del hecho”.
Para Crespo, hay chicos que entienden cabalmente el peligro y los daños que provocan sus actos. Incluso más, considera que ante hechos más graves, como delitos mayores, cuando aparece un arma entre medio o cuando hay personas heridas de gravedad, los niños o adolescentes debieran ser tratados como mayores de edad por la Justicia.
“Lo que estamos pidiendo es un cambio urgente en las leyes. Que se baje la imputabilidad penal a 14 años. Y que la persona que comete delitos de adultos, tenga penas de adultos. Estos delitos resienten a todo el sistema integral: a la Policía, a Seguridad Ciudadana, a la Senaf, al Municipio y termina mostrando una carencia de las instituciones para manejar el conflicto, a pesar de que se trata de un faltante legal”, expresó Crespo.
Robos y menores implicados
Un adolescente de 12 años accedió pocos días atrás a realizar actividades recreativas y su tío se comprometió a velar por su integridad y su comportamiento ante los organismos del Estado, luego de que protagonizara un robo callejero contra una mujer a la que le robó su celular.
A las pocas horas de que la Senaf ordenara su restitución a la familia, el chico volvió a robar.
“Hay decenas de estos casos. A una empleada del banco Provincia de Córdoba, una banda de chicos de entre 9 y 12 años la golpearon con un ladrillo. Se bajaron de una moto para quitarle el celular. Le pegaron patadas en todo el cuerpo hasta que uno de ellos le empezó a pegar en la cara. Le tuvieron que hacer 10 puntos en la frente y otros 10 arriba de la cabeza”, comentaron comerciantes de la zona sobre un hecho ocurrido a comienzos del mes de junio.
Además, aseguraron que las bandas de adolescentes roban “en cualquier momento del día”.
Cuando la Policía los agarra, dijeron, a las pocas horas tienen que soltarlos y entregarlos a sus familiares. “Nos explican que los chicos no están en condiciones de permanecer internados. Cómo no van a estar en condiciones si salen a robar lo que sea para consumir y andan deambulando como zombis. La Policía tiene las manos atadas”, cuestionó un grupo de vecinos de Villa Allende que participan en una mesa de Convivencia Urbana de la Provincia, junto a asociaciones y organizaciones barriales para generar cambios de hábito.
En ese mismo entorno, aseguraron, una madre rompió a llorar y pidió ayuda a los gritos. “Fue a principios de año. Sus hijos están perdidos en las drogas”, comentó un vecino que pidió no ser identificado.
“Todos los días se atienden casos en los hospitales y en las oficinas con madres de adolescentes que no saben cuánto más hacer para sacar a sus hijos de la droga o del delito”, aseguraron en el municipio de Villa Allende, visiblemente preocupados por la situación.
En la localidad, los vecinos agrupados en torno a la problemática de la inseguridad creen que “hay adultos detrás de la banda de chicos que roban en la ciudad”. La Justicia, dicen, tampoco persigue ni controla a los familiares de los adolescentes.
