La escena parece sacada de una película de terror. Un perro no ingresó al ascensor cuando su dueña, quien lo tenía de la correa, sí lo hizo mientras se dirigía a su departamento.
En el momento que el ascensor comenzó a subir, la mascota empezó a elevarse por fuera y quedó colgada con la correa puesta. Ocurrió en Villa Crespo, Buenos Aires.
Fueron dos minutos que parecen eternos. Un hombre vio la situación y rápidamente intervino. Primero lo desató, luego lo colocó en el suelo y comenzó a realizarle maniobras de RCP.
“Lo puse en el piso y empecé a hacerle lo que sería un RCP de persona. Lo aprendí en otro trabajo”, comentó Leo, quien dialogó con el portal de noticias TN.
“Tengo un estudio de grabación que está en el primer piso del edificio y escuché la alarma del ascensor. Por suerte, no estábamos con música fuerte”, contó Leo.
Comentó que también escuchó a la vecina: “Ahí veo que la señora grita ‘¡Mi perro, mi perro!’. No entendí bien lo que pasaba hasta que bajé a la planta baja y ahí vi al perro colgado".
Y agregó: “Después apareció el novio de la chica, que estaba en su departamento, y le entregué al perro. Y bueno, final feliz”.
Leo espera que su heroica intervención sirva para concientizar a las personas a que aprendan a realizar RCP.
Un milagro en el Día Mundial del RCP
El detalle adicional es que la secuencia ocurrió el 16 de octubre, fecha en que se celebra el Día Mundial del RCP.
Cada minuto cuenta cuando una persona - o un animal- sufre un paro cardiorrespiratorio. Sea cual fuera la causa, saber actuar puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Ese fue el aporte imprescindible del vecino.
