Por ahora no se conoce quién es el o la cabecilla. De hecho, no se sabe si hay uno o varios.
Lo que sí se sabe es que el grupo comenzó a funcionar hace un par de meses, se desarrolló y se sintió tan impune que no dudó en comenzar a ofrecer los “fierros” con fotos, descripciones y hasta ofertas.
El mecanismo era a través de un grupo privado de WhatsApp. Y las armas eran ofrecidas allí, entre televisores, heladeras, lavarropas, celulares, consolas de videojuegos. Era una suerte de armería dentro de una plataforma casera de compra-venta para quien quisiera hacerse de un “fierro”.
Así las cosas, los interesados podían ver en sus propios celulares, y dentro de ese grupo de WhatsApp, cómo se ofrecía desde un revólver 22 hasta un 38, pasando por pistolas calibres 22 ó 9 milímetros, pasando por pistolones, carabinas, rifles…
Incluso se había puesto a la venta un equipo “Ronin”: un adaptador que convierte a una pistola en un fusil.
Sucedió que un avispado policía de la División Robos y Hurtos se enteró de esto, logró acceder al grupo y, principalmente, a la información.
Esto dio pie a una compleja pesquisa que se extendió por meses y que incluyó escuchas telefónicas, seguimientos, rastreos y diversas medidas probatorias.
Manos arriba
Todo desembocó en una serie de 33 allanamientos realizados en las últimas horas por pesquisas de la Policía provincial en distintos puntos de la ciudad de Córdoba.
Como resultado, se detuvo a 13 personas (12 hombres y una mujer) y se secuestraron al menos 15 armas de fuego, entre cortas y largas. Varias de las armas tenían las numeraciones limadas. También se incautó el equipo Ronin, similar al que supieron usar los delincuentes que, años atrás, cometieron un brutal y trágico asalto en un departamento de Nueva Córdoba.
Fuentes de la investigación señalan que las armas eran vendidas y la suposición es clara: a la delincuencia. Algunas armas, a veces, eran alquiladas.
Por ejemplo, un revólver en buen estado podía ser vendido sin papeles a 250 mil pesos efectivo.
El modo de pago era uno: transferencia.
Los allanamientos fueron realizados por pesquisas de la División Robos y Hurtos de la Dirección de Inteligencia Criminal de la Policía, con apoyo de patrullas y cuerpos especiales, de manera simultánea en distintos barrios de Córdoba Capital. El objetivo central: que los acusados no fueran a alertarse entre sí.
El fiscal Guillermo González es quien lleva adelante la pesquisa desde hace meses, junto a su equipo de trabajo.
Las imputaciones son, por ahora, tenencia de arma de guerra, tenencia de arma de uso civil, encubrimiento y hasta robo, en algunos casos.
Los allanamientos se concretaron en barrios tan equidistantes entre sí como Ciudad Evita, Yofre, Talleres Sur, Villa El Libertador, Villa Posse, San Jorge, 16 de Noviembre, 23 de Abril, entre otros, además de villa El Trencito.
“El grupo tenía varios miembros que vendían y ofrecían las armas y que estaban desperdigados en distintos puntos de la Capital”, comentó una alta fuente policial. “Claramente, las armas eran vendidas y ofrecidas a la delincuencia. Y se pagaban altos montos”, añadió.
Hasta un kilo de marihuana
En uno de los allanamientos domiciliarios, los policías encontraron un pan de picadura de marihuana. La balanza arrojó que pesaba un kilo aproximadamente. Desde el lugar del hallazgo se llamó a la sede de la Fuerza Policial Antinarcotráfico (FPA) para que secuestre la droga e inicie una causa por narcomenudeo.
El joven que estaba parando en esa casa quedó detenido.
