La brutal ejecución del arquitecto Reynaldo Flehr (61) el pasado 28 de diciembre en su propia casa de barrio Los Bulevares comienza a vislumbrar algunas respuestas frente al críptico escenario donde hallaron el cadáver. Flehr estaba atado de pies y manos a una silla, amordazado y con disparos en el rostro y en el cuello, con un televisor a todo volumen, el lugar del cruento asesinato parecía no brindar detalles clave a los investigadores.
Sin testigos, todo pareció pasar al terreno de las pruebas que podía aportar la tecnología, a pesar de que las cámaras y domos no ofrecían resultados en un primer momento.
La madrugada de este miércoles dio un vuelco a la incertidumbre cuando se anunció la detención de cinco personas a las que, desde la Justicia, se les adjudica su participación, directa o indirecta, en la planeación y ejecución del homicidio.
La sorpresa mayor fue que se considera como partícipes necesarios del crimen a la propia hija de la víctima Irina Lourdes Flehr (20) y a su pareja Leandro Moscarello (26). Pero también la investigación asigna el rol de ejecutores del crimen a un hermano del yerno del arquitecto, Samuel Moscarello (24), y a sus amigos David Suárez (24) y David Silvestre (23).
Todos comparten la calificación legal de “homicidio agravado por el uso de arma de fuego”, pero se espera que por el vínculo entre Irene y la víctima, más la probable alevosía, se califique a una figura penal pasible de prisión perpetua.
El arquitecto era viudo, hacía poco que estaba de novio y tenía un buen pasar económico.
Investigación
A lo largo de todo el mes de enero los investigadores de Homicidios revolvieron cielo y tierra para encontrar una pista imposible, a partir de lo poco que se veía en el interior del chalé de La Voz del Interior al 8200 –camino al Aeropuerto– y de su vehículo estacionado a poco de llegar, como lo hacía todas las noches. Ese final del Día de los Inocentes habría coincidido con el encuentro sorpresivo con dos o tres asaltantes que no fueron precisamente a robarle.
La hipótesis del robo fue descartada de plano y desde un primer momento, ya que no se verificó el faltante de objetos valiosos que los malhechores podrían haberse llevado sin dificultad. En cambio, todo estaba orientado a una ejecución planificada para llegar a la inmovilización de la víctima y ejecución a sangre fría, de frente y a una distancia de uno a dos metros.
La evolución de la pesquisa fue atando algunos cabos y de las diversas hipótesis, se fueron descartando algunas.
Según dicen las fuentes judiciales, el secreto de sumario y lo incipiente de la investigación, impiden conocer detalles de la “abundante prueba” y lo “mucho” que tienen en contra de los detenidos.
Horas después de los allanamientos de la madrugada del miércoles en diversos puntos de la ciudad, con las cinco detenciones concretadas, la fiscal Claudia Rita Palacios, sus asistentes y el equipo de Homicidios confluyeron en el primer piso de la Jefatura de Policía para brindar una conferencia de prensa en la que pudo apreciarse el desfile de los aprehendidos –con sus rostros cubiertos– frente a las cámaras y flashes.
La frase más repetida por la instructora al enfrentar a los periodistas fue “eso no lo puedo responder” porque prefiere no ofrecer datos más allá de lo evidente para profundizar la investigación sin que ocurra un entorpecimiento.
Sin embargo, algunos detalles de lo que habría movilizado el crimen ya se conocían en las últimas semanas y con las detenciones comenzaron a confirmarse.
“Balas para vos”
Ya a mediados de enero los sabuesos policiales de Homicidios se habían encontrado con una pista que pareció orientar definitivamente la investigación. Un mensaje de Leandro a su suegro le prometía una frase bien inequívoca: “Va a haber balas para vos”.
La sentencia categórica –cuyo formato o soporte no se conoce– sería la culminación de una serie de episodios de desencuentros entre Irina, Leandro y el arquitecto. Los últimos datos de la causa señalan que la aparición de Leandro en la vida de la única hija del arquitecto precipitó las diferencias entre ambos.
Reynaldo e Irina compartían un hogar luego de la muerte de la mamá de la joven. Por esos años comenzaron a aparecer diferencias entre ambos, que los investigadores no terminan de confirmar si son económicas o patrimoniales. O ambas.
Irina afianzó la relación afectiva que tenía con Leandro y luego decidieron vivir juntos, conformando una convivencia de a tres, con el padre (y suegro) y la joven pareja.
Mientras los jóvenes tuvieron una bebé que hoy supera el año de edad, las diferencias con Reynaldo se acrecentaron al punto de que el arquitecto decidió vivir solo. Terminaron por ocupar viviendas diferentes, frente a frente, avenida La Voz del Interior mediante.
Los investigadores judiciales son herméticos pero no desmienten esta hipótesis, mientras dicen que no excluyen ningún otro móvil posible. Pero fuentes policiales coinciden en que Irina y Reynaldo tenían sus dificultades, pero la aparición de Leandro las hizo más agudas.
