La tranquilidad que se respiraba en lo hondo de un barrio castigado por la violencia estalló nuevamente cuando, desde la franja sudeste de la ciudad de Córdoba, un llamado alertó a la Policía sobre una pelea a fuego entre dos vecinos de Maldonado.
Una voz anónima se oyó en el 911. A los gritos, pidió auxilio porque había dos hombres peleando y había escuchado al menos siete estruendos, en medio de la tarde del domingo 8 de junio.
Era un sonido inconfundible: los balazos, que se volvían otra vez una amenaza para toda la barriada.
Según relataron fuentes con acceso a la causa, uno de los involucrados sacó un arma calibre 22 y disparó en reiteradas ocasiones contra otro hombre que se encontraba cerca de su vivienda, en la calle Antonio Machado al 1600.
Ambos, el atacante y el atacado, tienen gruesos antecedentes policiales, señalaron los pesquisas.

La víctima fue alcanzada por esa ráfaga. Una de las balas le dio en el tórax y quedó alojada cerca del pulmón.
Milagrosamente, sobrevivió.
Por este hecho, este viernes la fiscal María Florencia Espósito ordenó 10 allanamientos simultáneos en Maldonado, en Müller y en un sector entre estos dos barrios colindantes, conocido como la “Bajada San José”.
Durante los operativos, encabezados por la Dirección General de Investigaciones Criminales de la Policía, las fuerzas lograron detener a un joven de 28 años, señalado como el presunto autor de los disparos.
También fue secuestrada una motocicleta que habría sido utilizada por el atacante al momento del hecho, según lo informado por fuentes investigativas. Aún se busca el arma.
La carátula provisoria es “lesiones graves”, en el marco de una “riña con uso de arma de fuego”, dijeron los pesquisas. Pero la historia, según sospechan las fuentes del caso, podría ser mucho más compleja.
Una moto, la clave en un nuevo hecho de violencia urbana
Según indicaron fuentes ligadas a la pesquisa, el móvil inicial de la agresión habría sido una diferencia entre los dos hombres por una motocicleta.
El detenido, conocido en la zona por su apodo: “el Demente”, le habría prestado el rodado al hijo de la víctima.
Al no recuperarla –y siempre de acuerdo con lo investigado– fue a buscar al padre a su domicilio. Lo esperó y, presuntamente, descargó siete disparos contra él.
“El proyectil calibre 22 puede parecer pequeño, pero es muy peligroso. Se desvía con facilidad dentro del cuerpo y puede causar daños graves”, explicaron fuentes médicas desde el Hospital de Pronta Atención San Jorge, donde fue atendido el herido.

Por fortuna, el hombre baleado se recupera de las heridas. Ya no hay peligro de muerte, dijeron los médicos.
Por eso la fiscalía ordenó que diera su testimonio. Y aún en recuperación, logró identificar a quien sería su agresor por su apodo y brindó detalles que permitieron dar con su paradero.
El operativo de captura involucró a los cuerpos especiales de la Policía de Córdoba, como el Eter y la Guardia de Infantería, que se desplegaron en la zona ubicada detrás del cementerio israelita.
La caída de “El Demente”, un apodo conocido en la barriada
El episodio de violencia urbana no sorprende a algunos vecinos que, aún con temor, acceden a contar algunos detalles sobre un presunto entramado de violencia que tendría una larga historia en barrio Maldonado.
Según aseguran en la barriada, este nuevo ataque volvió a encender las alarmas, pero “no escapa a la proliferación de bandas juveniles que se pelean a menudo por el control del territorio”.
“Acá todos saben quiénes andan con armas, pero nadie habla. El que habla después aparece con problemas”, dijo a este medio un vecino de la zona que pidió preservar su identidad.
Y sobre el detenido, las fuentes fueron enfáticas: “Estamos cansados de tener que vivir encerrados por estos personajes”.
“Le dicen el ‘Demente’ porque no le importa nada. Lo mirás mal y te ‘tira’. Es la tercera generación de una familia que vive sumida en adicciones”, cuentan en el sector.
Para colmo, la sensación de impunidad se extiende. “Los detienen y a los dos días los ves otra vez en la esquina. No duran ni 24 horas adentro”, agregó otra vecina, visiblemente angustiada.
Según fuentes policiales, no es el primer hecho de este tipo que involucra al joven detenido. Tendría antecedentes penales por robo calificado por el uso de armas de fuego y otras causas por violencia.
Por ello, ahora se analiza si pasará directamente al Establecimiento Penitenciario 9 (EP9) o si directamente será trasladado a la cárcel de Bouwer, hasta que se defina su situación procesal.
¿Una pyme del delito en barrio Maldonado?
Aunque el ataque parece encuadrarse en un episodio de violencia urbana, en el expediente judicial no se descarta una hipótesis más compleja.
De acuerdo con lo que pudo reconstruirse a partir de fuentes investigativas, el agresor y la víctima podrían formar parte –o haber tenido algún vínculo previo– con una banda que opera en la zona con el único fin de robar a choferes de plataformas como Uber y Didi.

“Se investiga si el conflicto por la moto fue el detonante de una pelea mayor, por una mala repartija tras un robo cometido entre ellos”, explicaron fuentes allegadas a la causa.
En este sentido, se sospecha que en esta parte de la ciudad opera una suerte de “pyme delictiva”, donde distintos jóvenes se turnan para asaltar a conductores de aplicaciones, reducir lo robado y utilizar el dinero para comprar celulares, estupefacientes u otros bienes.
Este tipo de modus operandi no es nuevo. Ya se han registrado múltiples episodios similares en la zona sudeste de la ciudad de Córdoba, donde los delincuentes solicitan viajes desde puntos céntricos y emboscan a los conductores al llegar a barrios periféricos.
En varias de esas causas también se detectaron adolescentes involucrados. En la mayoría, los chicos de menor edad son los capos de las patotas.
Por ahora, el joven detenido sólo está imputado por las graves lesiones y por el uso de arma de fuego, en este caso puntual. Sin embargo, fuentes con acceso a la pesquisa no descartan que el análisis de teléfonos secuestrados durante los allanamientos derive en otras imputaciones.
Por estas presunciones, ya se ordenaron nuevos allanamientos con el objetivo de ampliar los elementos de prueba recogidos y, fundamentalmente, para hallar el arma con la que se efectuó la agresión.