Un escalofriante hallazgo conmocionó a la localidad de Dorrego, provincia de Mendoza, este 19 de junio de 2025, cuando el cuerpo de un hombre fue encontrado descuartizado y calcinado en una vivienda.
La presunta autora del atroz crimen, identificada como Adriana Valeria Suárez, de 40 años, fue detenida en la misma casa donde se descubrieron los restos y confesó haber asesinado a su expareja.
El macabro hallazgo
El espeluznante descubrimiento tuvo lugar luego de que el hermano de la víctima denunció su desaparición y apuntó directamente a Suárez.
Al presentarse en la propiedad, ubicada en Adolfo Calle 1978 en Dorrego, el personal de la Comisaría 44º se encontró con la macabra escena.
Cabe destacar que Adriana Valeria Suárez ya cumplía una prisión domiciliaria en ese domicilio al momento de los hechos.
Según se precisó, Suárez se negó inicialmente a abrir la puerta a los efectivos, lo que obligó a las autoridades a tramitar una orden de allanamiento para poder ingresar al lugar.
Con el aval judicial, los efectivos ingresaron y confirmaron la existencia de un cuerpo desmembrado y calcinado. La identidad del hombre asesinado aún no ha trascendido públicamente.
La confesión y el escalofriante móvil
Una vez detenida, Adriana Valeria Suárez confesó ser la autora del crimen. La mujer, quien había sido pareja de la víctima, argumentó un móvil que agrava aún más el horror del suceso: habría matado al hombre porque este intentó abusar de una de sus hijas.
Además, el denunciante, excuñado de Suárez, reveló un detalle crucial para la investigación: su excuñada le había enviado fotos en las que se la veía quemando los restos del cadáver.
Estas imágenes, junto con la confesión, son elementos clave en la causa. La investigación está a cargo de la fiscal Andrea Lazo.
Otro caso similar en Córdoba
Este impactante caso en Mendoza resuena con otro crimen igualmente atroz ocurrido recientemente, y que también involucró el desmembramiento y la ocultación de un cuerpo.
La Justicia de Córdoba condenó a María Emilse Molina, de 48 años, a 13 años de prisión por el homicidio de su amigo, Omar Cabrera, de 58 años.
Cabrera había sido reportado como desaparecido en mayo de 2024, tras ser visto por última vez el 29 de abril de ese año en Mina Clavero, Córdoba.
Molina, quien en un principio se hizo pasar por la novia de la víctima, fue investigada por la Policía. Durante el interrogatorio, los investigadores detectaron contradicciones en su relato. Finalmente, Molina se quebró y confesó haber asesinado a Cabrera.
Contó que lo había matado a palazos durante una discusión en su casa. Posteriormente, ideó un plan macabro para ocultar el crimen: descuartizó el cuerpo de Cabrera, hirvió sus restos en una olla y los esparció en diferentes puntos de la localidad de Las Rabonas, a pocos kilómetros de donde ocurrió el hecho.
María Emilse Molina cumple su sentencia en la cárcel de Bouwer.