Una larga audiencia sirvió como apertura del juicio con jurados populares por el crimen del arquitecto Reynaldo Carlos Flehr (61), en la Cámara 8ª del Crimen de Córdoba. Con varios incidentes, se destacó la palabra de la mamá de la víctima, Ramona Roquier, quien declaró que, antes de morir, su hijo le aseguró que había sido amenazado por su yerno, y que temía que él y su propia hija lo mataran.
En el banquillo de los acusados están sentados los cinco acusados: la hija de la víctima, Irina Lourdes Flehr (22), y quien era su pareja, Leandro Moscarello (29), acusados como presuntos autores intelectuales.
Como supuestos ejecutores del asesinato, se encuentran Samuel Moscarello (27, hermano de Leandro), David Suárez (26) y David Silvestre (25).
En varios pasajes de la audiencia, surgió la mala relación que tenían Irina con su padre, especialmente después de la muerte de la madre de Irina y esposa del arquitecto. La propia Irina reconoció que tenían una relación “rara” con Reynaldo y que antes del crimen estaban intentando recomponer el vínculo.
Como querellante de la causa, Ramona de Flehr aseguró al final de la tarde que Leandro Moscarello (29) había amenazado a su suegro Reynaldo ante la mirada indiferente de Irina.
“Estos me van a pegar un fierrazo en la cabeza”, relató la mujer de 86 años en referencia a lo que le habría dicho su hijo antes de ser asesinado de manera salvaje.
La mujer sostuvo en la audiencia que su nieta no quería saber nada con la familia Flehr.
Enfrentados
Previamente, por la mañana, la acusada sostuvo que estuvo en pareja con Leandro, a quien conoció cuando estaba por cumplir 17 años. Luego, tuvo una niña, que hoy tiene 3 años.
Sin embargo, sorprendió que aprovechara el momento de declarar sobre sus condiciones personales para criticar a su “expareja” por haberla maltratado durante años, aun antes del crimen.
Lo más significativo fue cuando ella aseguró que sentía miedo de él y se preguntó qué hubiera pasado si no hubiera estado en esa relación. “Tuvimos peleas fuertes. Nunca me imaginé que algo así hubiera ocurrido”, señaló como desentendiéndose del crimen.
Ante una pregunta aclaratoria, especificó: “Tengo miedo de mi expareja”, y situó el comienzo de ese temor “mucho tiempo atrás”.
Luego relató Irina: “Siempre me amenazó”. Aseguró que él le impedía el contacto con gente, tenía acceso a su celular y conocía todos sus chats, no la dejaba juntarse con sus amigas, la obligaba a vestirse sólo con pollera (como estaba el día de la detención) y le decía qué ropa debía usar. “Desde ahí le tengo miedo”, completó, para luego situar que antes del nacimiento de su hija ya había querido separarse.
Previamente, Moscarello también mostró sus diferencias con su ex. Se quejó porque la hija de ambos estaba a cargo de una “supuesta madrina” de Irina y no con sus padres, como ocurrió apenas fueron detenidos.
Presentación del caso
La presentación del caso fue encabezada por el fiscal de Cámara, Fernando López Villagra, quien en lenguaje claro se dirigió al jurado popular explicando los porqués de las cuatro calificaciones: el vínculo (de Irina con la víctima, conocido por todos los acusados), la alevosía (mataron a un maniatado indefenso, sin correr riesgo), por codicia (una suma elevada de dinero más la herencia) y el concurso premeditado de cinco personas (los acusados de ser ideólogos y los ejecutores).
El querellante particular Marcelo Touriño, quien representa a Ramona, les dijo a los jueces populares que Reynaldo Flehr era “un hombre bueno, un hombre probo, un buen padre de familia”, y “fue asesinado de manera canallesca”.
“La familia vive la tragedia de perder a su hijo y la tragedia de perder a su nieta”, comentó el acusador particular, para completar: “Pero la familia que represento busca justicia, no venganza”.
Recordó Touriño que los términos de esta acusación están avalados por dos fiscales de instrucción, dos jueces de control y la Cámara de Acusación en pleno. “Todas las pruebas han permanecido incólumes e indestructibles”, remató. Para cerrar su presentación, les dijo a los jueces populares: “Sepan juzgar para que ningún responsable quede impune”.
Por los defensores, tomó la delantera Carlos Hairabedian, quien comenzó su alocución con dos cuestiones personales. Una, disculparse por vestir ropa informal, ya que fue avisado del comienzo del juicio poco tiempo antes, tras varias suspensiones. La otra, fue más sorprendente: “Hoy se da una situación histórica en la Argentina, el abogado de más edad, 89 años, el abogado de más antigüedad que ejerce el derecho penal desde hace 60 años –que ha sido defensor, juez camarista, preso político–, coincide con la acusada de menor edad en el país, quien con 19 años fue acusada de haber participado de este crimen horrendo”.
“Me provoca profunda solidaridad”, expresó y pidió la inmediata liberación de Irina por ser madre de una niña de menos de 5 años.
Hairabedian y el defensor público Hernán Franco Pappa (abogado de David Silvestre) le advirtió al jurado popular que no tuviera en cuenta lo que dice la prensa, porque puede inducirlos en contra de los acusados. Pappa dijo que hay medios que “usan términos categóricos, y eso nos habla y nos introduce en lo que desde la psicología entendemos como una ‘ideación’ de lo que puede pasar en un juicio”. “Ustedes tienen que formarse su idea a partir de lo que pase en esta audiencia”, recomendó el defensor.
La sombra del “Mesías”
El comienzo del debate volvió a plantear diferencias aparentemente insalvables entre Leandro Moscarello y Alfonsina Muñiz, quien ha sido designada como su defensora oficial, a pesar de que el imputado insiste en que lo asista su compañero en la cárcel, Jorge “Mesías” Agüero.
Este letrado está inhabilitado por el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) en varias causas. Además de una de esta misma cámara, el TSJ se pronunció en la que instruye el fiscal Enrique Gavier y terminó con la designación de un asesor letrado, pese a los rechazos del “Mesías”. Algo parecido ha ocurrido en la Justicia federal, donde Agüero pretendió defender a un rosarino imputado por narcotráfico, pero se lo impidieron.
Moscarello insiste en rechazar a la abogada que él no quiere. Si está disconforme con ella, no debe insistir con quien no se puede. En cambio, repudia a su defensora y hasta la ha denunciado. En todo caso, debería volver a un defensor privado, como el que tuvo antes de la aparición mesiánica.
Mientras tanto, el tribunal de la Cámara 8ª sigue con el trámite del juicio. Este martes continúa el debate con la segunda audiencia, en la que se espera la declaración de seis testigos, todos familiares y allegados a la víctima.
