Axel Frías tenía 18 años. Su familia comenzó a buscarlo el 23 de abril pasado luego de que no volvió a casa. El 4 de mayo siguiente, lo hallarían asesinado. El cuerpo estaba abandonado cerca de un canal en barrio Los Cortaderos, sector norte de la ciudad de Córdoba, a pocos minutos del aeropuerto internacional Ambrosio Taravella.
El cuerpo presentaba golpes.
Mientras Axel estuvo desaparecido, sus hermanos intentaron saber qué había pasado, pero por su propia cuenta, con sus propios códigos y alejados de cualquier autoridad, según contarían fuentes de la causa.
A la par de la pesquisa policial, los jóvenes hablaron con tres conocidos de la víctima.
Los pesquisas sostienen que esas personas fueron encerradas en una casilla del barrio. Hubo gritos, golpes y reproches. “Te vamos a cortar los dedos si no decís dónde está Axel”, se escuchó.
Uno de los hombres amenazados habló.
Dijo que Axel se había juntado con ellos en la ermita de barrio Los Cortaderos. Los detectives creen que esa confesión se habría logrado mientras era amenazado con un arma de fuego.
El joven, siempre según fuentes del caso, habría dicho que fumaron “pipazo” (un cigarrillo con residuos de cocaína, que emula al “paco”) y que habrían salido a robar.
Indicó que todo terminó mal y que la víctima cayó en manos de los dueños de un negocio.
Otro dijo dónde había sido dejado el cuerpo.
Hallazgo del cuerpo
El 4 de mayo pasado, el cuerpo de Axel fue encontrado por los propios familiares.
El cadáver estaba dentro del canal maestro, a metros del aeropuerto Ambrosio Taravella. Sus hermanos lo sacaron. Algunas versiones aseguran que una mano estaba mutilada. El cuerpo presentaba signos de violencia.
A los pocos minutos, la zona se colmó de policías en busca de datos, de testigos, de pruebas.
El cuerpo fue remitido a la Morgue por la Policía Judicial. Las conclusiones todavía no están.
El fiscal Juan Pablo Klinger, quien había iniciado su labor tras la denuncia, comenzó a trabajar a fondo y rápido. Tanto es así que detuvo a dos sospechosos y los imputó por homicidio simple.
Para el fiscal, hay prueba suficiente para sostener que al menos dos de los tres jóvenes interrogados en aquella casilla de barrio, por parte de los allegados de la víctima, estuvieron implicados en el crimen.
Klinger, quien guarda un celoso hermetismo mientras nadie a su alrededor se atreve a negar que pueda haber nuevos imputados, espera los resultados forenses.
También hay expectativas en las imágenes que puedan aportar las cámaras de seguridad que están ubicadas en un comercio a metros de donde apareció el cuerpo de Axel.
Los imputados y la indagatoria
Los acusados fueron indagados días atrás. Uno de ellos se abstuvo, mientras que el otro habló.
Se desconocen los detalles de la declaración.
La pesquisa avanza a paso firme y en silencio. Así como no se descartan nuevas detenciones, las imputaciones podrían variar.
Desde el entorno de Axel repiten que el único acusado que utilizó su derecho a declarar durante las indagatorias no está relacionado con el crimen. “Es un perejil”, dijeron.
En cuanto al segundo detenido, sus abogadas, Victoria Siloff y Marcela Bodoira, adelantaron que su representado se negó a declarar y va a denunciar irregularidades durante el proceso.
“Hubo irregularidades durante la etapa testimonial a la que fue sometido mi cliente”, planteó.
Indicó que tiene 27 años, es vecino del barrio, conocido de la víctima y habría estado esa noche en el mismo punto donde los demás jóvenes habrían consumido drogas. “Lo detuvieron y lo interrogaron en la Central de Policía, pero él tuvo miedo durante ese interrogatorio, en el que sintió que lo estaban induciendo a declarar algo que él nunca hizo”, sostuvieron Siloff y Bodoira.
La letrada aseguró que su defendido va a declarar y aportar “todo lo que sabe”.
“Vamos a pedir la ampliación de su declaración como imputado, una vez que la defensa acceda a la prueba. Él fue indagado y se abstuvo. También vamos a pedir el recupero de la libertad”, dijo.
Siloff y Bodoira se mostraron confiadas en que, tras conocerse las imágenes que registraron las cámaras, se podrá conocer la responsabilidad de cada uno de los acusados.
En cuanto al móvil del homicidio, aún no hay certezas. Abundan las presunciones y las acusaciones entre unos y otros.
A Axel lo podrían haber golpeado en la cabeza con un elemento contundente, probablemente con un palo.
Durante los allanamientos ordenados por Klinger, se secuestró un palo de hockey color blanco. Fue encontrado en el domicilio de uno de los jóvenes apretados en la casilla.
La principal hipótesis de la fiscalía es que el crimen habría sido el corolario de una larga jornada en la que se habrían consumido drogas. De todos modos, quedan varias aristas por aclarar.
