El sábado pasado, a la mañana, murió Lucas Damián Romano (25). Estaba internado en el hospital Florencio Díaz desde el jueves anterior, cuando fue apuñalado en la plaza ubicada entre las calles Asturias y Gervazoni, de barrio Ferroviario Mitre.
En este caso, la Fiscalía de Distrito 2 Turno 3, a cargo de manera temporal de Tomás Casas, aún no tiene detenidos.
Fuentes que siguen bien de cerca esta investigación confiaron que Romano era un joven con antecedentes penales que al parecer tenía a maltraer con diferentes robos a quienes salían a pasear por esa plaza. Habría sido en este contexto, en medio de un robo, que una víctima se defendió y lo apuñaló.
“Hay un pacto de silencio entre los vecinos para proteger a la persona que mató a Romano; se dice que sería un jubilado, pero todo está por verse”, agregó uno de los informantes que fueron consultados.
La noticia que publicó La Voz, enmarcada en una seguidilla de asesinatos ocurridos en la ciudad de Córdoba en las últimas horas, tiene ahora otro capítulo paralelo.
Mientras la Justicia y la Policía tratan a identificar a la persona que le dio muerte a Romano, en las últimas horas trascendió un video que refleja la impunidad que rige en el interior de las cárceles de la provincia de Córdoba.
Un hermano de Romano, Gastón Ezequiel Romano, grabó desde su celda en la prisión de Cruz del Eje un video a través de Facebook Live en el que juraba venganza por la muerte de su hermano.
Pero esto no es todo: a través del registro del video que obtuvo radio Continental, se escucha cómo detrás de Romero otro interno, en ese mismo momento del Facebook Live, está realizando una estafa con otro celular.
Para que se entienda el absurdo: dos presos alojados en una cárcel de Córdoba manipulan celulares con total impunidad; uno realiza amenazas públicas conectado a las redes sociales y el otro ejecuta una estafa, al parecer, a una mujer de la provincia de Buenos Aires.
El video ya está en poder de los investigadores policiales y de la Justicia. Al revisar el perfil de Facebook de Gastón Ezequiel Romano se observa una multitud de fotos sacadas dentro del penal y subidas a esa red social. En varias de ellas, el detenido asegura que está fumando marihuana.
Desde hace ya un tiempo, las cárceles de la provincia vienen siendo escenario de la producción de una amplia gama de estafas telefónicas, lo que revela el aceitado mecanismo interno para la introducción de celulares, aparatos que están prohibidos. Este “call center tumbero” le ha valido a la provincia que luego de diferentes investigaciones nacionales por diferentes estafas Córdoba sea considerada la “capital nacional del cuento del tío”.
¿Cómo ingresan estos aparatos? ¿Por qué pese a tantos casos ya descubiertos continúan activas estas redes internas? ¿Qué complicidades hay alrededor de este fenomenal negocio que se promueve bajo el ala del propio Estado? ¿Qué pasó con la millonaria inversión en escáneres y en inhibidores de señal de celulares? Las preguntas aún asoman sin respuestas por parte del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Provincia, cartera de la que depende el Servicio Penitenciario de Córdoba.
