Un vendedor de chipa, identificado como Cristian y de 21 años, se defendió a golpes de dos delincuentes que intentaron sustraerle su bicicleta mientras se encontraba realizando sus entregas habituales de trabajo.
El violento episodio ocurrió sobre la calle Brasil, en el tramo comprendido entre Guardia Vieja y Saavedra, en la localidad de Merlo, Buenos Aires. Toda la secuencia quedó capturada por las cámaras de seguridad de la zona.
Los asaltantes, que se movilizaban en una moto, interceptaron al joven y de inmediato comenzaron a amenazarlo, exigiéndole sus pertenencias. Según relata el material, los ladrones le gritaron: “Quedate pillo, hacela corta y dame las cosas que tenés encima, te vamos a matar”.
La reacción del repartidor
El repartidor de chipa decidió enfrentar a los criminales al percatarse de que ninguno de los dos estaba armado. Las imágenes registradas muestran cómo rápidamente comenzó a golpearlos.
Ante la reacción del joven, uno de los atacantes escapó corriendo al instante. Cristian corrió tras los ladrones y logró frustrar el robo.
El cómplice que quedó en el lugar fue víctima de trompadas y patadas por parte del repartidor hasta que fue tirado de la moto. Segundos después, este delincuente también huyó a la carrera, dejando el vehículo en el sitio. El incidente fue presenciado por dos mujeres y dos niñas que transitaban por la vereda.
Los empleadores de la víctima confirmaron que el joven “pudo defenderse a los golpes” y que los ladrones “salieron corriendo dejando la moto en el lugar”.
Regreso y amenazas
Según el testimonio de la víctima brindado a TN, minutos después del enfrentamiento, uno de los motochorros regresó a la zona en una utilitaria de color blanco. El delincuente exigió que le devolvieran el vehículo que habían abandonado, amenazando a Cristian con una llave cruz. Sin embargo, ni el joven ni los vecinos del área cedieron a la amenaza, por lo que los delincuentes se retiraron nuevamente antes de la llegada de la Policía.
Cristian realizó la denuncia correspondiente tras la violenta secuencia, y la motocicleta que los ladrones abandonaron quedó a disposición de las autoridades policiales.
“Tengo miedo, pero tengo que trabajar”
A pesar de haber logrado evitar el robo, el joven lamentó la situación: “Fue terrible. Es uno de los peores momentos que hemos vivido con los otros chicos con los que trabajamos en la calle. Es frustrante”.
El repartidor señaló que esta clase de ataques son recurrentes. Relató que en Merlo sufrió tres intentos de robo y un intento adicional en la localidad de Marcos Paz.
Pese al temor que lo invade, Cristian enfatizó que no tiene otra opción más que seguir trabajando: “Tengo miedo, pero tengo que trabajar, si no, no puedo comer, no me queda otra”.
