A un mes y medio del misterioso hallazgo de restos humanos en una obra en construcción lindera a la casona que alquiló Gustavo Cerati entre 2002 y 2003, la investigación del fiscal Martín López Perrando se centra en una pista clave: un reloj calculadora Casio modelo CA 90, lanzado en 1981, que podría acotar significativamente el período en que ocurrió la muerte.
Los restos óseos corresponden a un varón de entre 20 y 22 años, de “contextura desarrollada”, y habrían sido enterrados en una fosa “bastante chica”.

El descubrimiento se produjo el 20 de mayo pasado, cuando obreros que realizaban excavaciones en un terreno sobre la avenida Congreso al 3700, en el límite con la vieja casona, encontraron los restos humanos.
Según fuentes del caso consultadas por Infobae, el fiscal Martín López Perrando, a cargo de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional Nº61, ha puesto el foco en un reloj digital con calculadora Casio, modelo CA 90, muy popular en la década de los ‘80. Este modelo, posterior al primer reloj calculadora de la marca de 1980, incluía un juego de disparos especiales con números y se destacaba por su robustez y diseño.
El hallazgo de este reloj “fija un periodo de tiempo mucho más acotado sobre el óbito”, estimando que la muerte habría ocurrido entre 1980 y 1990. Los detectives han concluido que “evidentemente, no había mucho tiempo para cavar demasiado”, dada la fosa “bastante chica” de 1,20 metro de largo, 60 centímetros de ancho y 40 de profundidad en la que fue encontrado el cuerpo.
Respecto a la ubicación precisa, las fuentes detallaron que el cuerpo se halló justo en la medianera, del lado de la casa de dos plantas que se levanta en Congreso 3742, colindante con el predio donde se realiza la obra, en Avenida Congreso 3748. Es importante aclarar que las primeras versiones indicaban que los restos habían aparecido donde alguna vez vivió la artista Marina Olmi, hermana del actor Boy Olmi, y que Cerati alquiló entre 2002 y 2003.
Marina Olmi relató que la casa le pertenecía desde hace tres décadas y que antes de su adquisición, habría funcionado un geriátrico y, mucho tiempo antes, una capilla religiosa y un establo. De hecho, propietarios de la finca lindera refirieron a la Policía que allí había existido una iglesia llamada “Santa María”, lo que podría vincularse con la presunta antigüedad de los restos.
Si bien los resultados preliminares sugieren una antigüedad significativa de los restos, el expediente podría pasar a ser competencia de la Justicia Federal, dado que el hallazgo podría vincularse con hechos anteriores a la creación del Código Penal vigente, o bien con situaciones de interés histórico, religioso o institucional.