Un chico que ahora tiene 16 años y que cuenta con un amplio listado de acusaciones por robos cometidos cuando era más chico fue hallado culpable, en las últimas horas, por un violento asalto contra un conductor en la ciudad de Córdoba. El asalto fue en barrio Marqués Anexo, donde él supo cometer varios de sus hechos. Se trata de su primera “condena” ya que ahora es menor punible.
El adolescente fue tiempo atrás protagonista de una amplia controversia entre una jueza de Menores y las autoridades de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf) y del Ministerio de Desarrollo Humano en torno a la imposibilidad de controlarlo y alojarlo en el Complejo Esperanza, dado que tenía 15 años.
Pese a esa corta edad, tuvo numerosas caídas demorado por violentos robos y episodios armados, sobre todo contra choferes de Uber. Se llegó a proponer la posibilidad de colocarle una tobillera electrónica, pero esa medida no fue avalada por la Justicia.
El chico (M.S.) fue hallado autor penalmente responsable de robo calificado por el uso de arma en un juicio abreviado realizado en las últimas horas en la Cámara 3ª del Crimen de Córdoba.
Sus antecedentes fueron girados a un Juzgado de Menores que deberá resolver su situación a futuro.
En ese juicio fue condenado un mayor.
Se trata de Lautaro Marcos Damián González, quien fue sentenciado, también en juicio abreviado, a la pena de 3 años de prisión condicional. No fue preso. La acusación estuvo en manos del fiscal Marcelo Hidalgo.

¿Cómo fue el robo?
Todo sucedió el pasado 10 de febrero a las 5.30.
Según la acusación, M.S. y Lautaro Marcos Damián González se confabularon y, de común acuerdo, se ubicaron en un pasaje del barrio Marqués de Sobremonte Anexo de Córdoba Capital y emboscaron a un hombre que circulaba en su Chevrolet Corsa Classic blanco. Se encontraba presuntamente trabajando como Uber.
El conductor se había perdido en esa zona, por lo que aminoró la marcha para buscar una salida y seguir adelante.
Mientras se encontraba circulando a muy baja velocidad, pasó por frente de los dos jóvenes, quienes se le fueron encima.
En un plan orquestado, el menor abrió la puerta del lado del acompañante, se metió al habitáculo y comenzó a forcejear con el chofer para sacarle la llave del coche.
En ese mismo instante, su cómplice González rodeó el auto y se puso delante con un revólver mientras apuntaba a la víctima: “¡Bajate porque te meto un tiro!”, ordenó.
Sin perder tiempo, el conductor se bajó rápidamente del vehículo.
Acto seguido, M.S. se sentó del lado del conductor, sujetó el volante y arrancó a toda velocidad.
Su cómplice quedó a pie y tuvo que escapar corriendo.

La víctima alcanzaría a pedir ayuda a la Policía que, tras un rápido operativo en la zona, logró ubicar el auto en fuga. Hubo una persecución que terminó finalmente cuando los uniformados lograron frenar el coche y hacer bajar al menor.
“¡Otra vez vos!”, lanzó uno de los uniformados al reducir al chico. Es que el adolescente ya había protagonizado varios robos en esa franja de la zona norte de la ciudad ya sea como asaltos armados a choferes de Uber o ataques en patota a automovilistas, según los informes policiales.
Sin embargo, esta vez, quedó preso porque ya había cumplido los 16 años.
De acuerdo a la acusación fiscal, los dos jóvenes robaron el auto (aunque fue encontrado) y otras pertenencias a la víctima, como su celular y la billetera.
El operativo policial incluyó una violenta agresión por parte de varios vecinos que lanzaron piedras y cascotes contra los uniformados.

Ambos a juicio
Ambos llegaron a juicio por robo calificado por el uso de arma de fuego de operatividad no acreditada a la Cámara 3ª.
Fue un juicio de tipo abreviado, donde los acusados admitieron el delito y se mostraron arrepentido de lo hecho.
El juicio abreviado es un procedimiento penal en el que fiscalía (en este caso Marcelo Hidalgo) y defensores llegan a un acuerdo que se basa en la prueba obtenida, la confesión de los acusados y un pedido de disculpas y se pacta de manera legal una pena ostensiblemente menor a la que podría corresponder en un juicio común.
En este juicio, el menor fue declarado responsable y su caso fue girado a un Juzgado de Menores donde su titular deberá decidir, si en su momento cuando cumpla los 18 años, qué pena se le impone.
En tanto, el otro acusado fue sentenciado a la pena de 3 años de prisión condicional.
El chico regresó al Complejo Esperanza de la Senaf donde sus autoridades señalan que se le efectúa un tratamiento socioeducativo para su reinserción social.
El caso de este chico, como otros de su edad, cobró alta notoriedad en los últimos tiempos por sus constantes caídas preso por distintos robos violentos. A su vez, este caso y otros similares desnudan a su vez la imposibilidad de muchas familias de poder proteger y contener a estos menores, alejándolos del delito. En varios casos se ha detectado un alto consumo de drogas.