La investigación sobre el triple crimen de Lara Gutiérrez, Morena Verdi y Brenda del Castillo en Florencio Varela tomó un giro tras la declaración de una testigo clave de 16 años.
Ahora la causa se enfoca en la hipótesis de que las víctimas pudieron haber sido engañadas para asistir a la casa donde fueron torturadas y asesinadas.
El mecanismo del engaño
Según el testimonio de la menor, quien conocía muy bien a las jóvenes, Lara, Morena y Brenda asistieron varias veces a fiestas privadas realizadas entre junio y julio de 2024 en quintas del Gran Buenos Aires.
La testigo relató que a estas reuniones participaban al menos cinco chicas a las que se les pagaba por ir. Estos eventos duraban 24 horas y sus invitados eran mayoritariamente ciudadanos peruanos y paraguayos.
El contacto para contratar a las jóvenes se realizaba a través de sus cuentas de Instagram, donde pactaban un punto de encuentro. Posteriormente, eran buscadas en La Matanza en dos vehículos: uno transportaba a las chicas y el otro llevaba a personas que actuaban como custodios.
Aunque la testigo no pudo precisar la ubicación exacta de las fiestas, sí detalló que los viajes duraban entre 1:30 y 2 horas, sugiriendo que las locaciones podrían haber estado en la zona de Burzaco, ya que solían movilizarse por la Ruta 4.
Una información vital aportada por la joven es que “Pequeño J”, el presunto autor intelectual del triple crimen, participaba de estos eventos e interactuaba con las jóvenes. Esta conexión permite a los investigadores estar un paso más cerca de esclarecer cómo fueron engañadas Lara, Morena y Brenda para asistir a la casa de Florencio Varela la noche en que fueron atacadas.
Tras los autores materiales e intelectuales
Paralelamente, las autoridades centran sus esfuerzos en localizar a dos hombres de nacionalidad peruana, de 39 y 45 años, sospechosos de ser los autores materiales de los asesinatos. Se presume que estos individuos se habrían refugiado en la localidad de José C. Paz tras la difusión del caso.
El periodista Ignacio González Prieto, en el ciclo El corresponsal, confirmó que los presuntos sicarios poseen el mismo apellido, salió de Argentina ocho veces y ninguno tiene antecedentes penales registrados en el país.
La hipótesis del expediente sostiene que fueron ellos quienes torturaron y mataron a las jóvenes en la casa de Florencio Varela. Se cree que los autores materiales salieron del lugar embarrados y manchados con sangre, cargando con algunas bolsas. Una de las líneas de investigación apunta a que luego subieron a un automóvil que sería propiedad de Víctor Lázaro Sotacuro.
Finalmente, los sospechosos se habrían reunido en José C. Paz con Tony Janzen Valverde, alias “Pequeño J”, el supuesto autor intelectual del triple crimen. Antes de su fuga a Bolivia y posterior paso a Perú (donde fue detenido), “Pequeño J” se habría llevado tres celulares.
La causa continúa investigando los roles que habrían tenido los nueve detenidos hasta el momento.
