Cristian Graf, excompañero de Diego Fernández Lima, se presentó este lunes ante el fiscal Martín López Perrando, quien está a cargo de la investigación por el homicidio del joven hallado cerca de la casa de Gustavo Cerati.
La noticia tomó por sorpresa a la familia de la víctima. Javier Fernández Lima, hermano de Diego, afirmó que se enteró de este desarrollo “minutos antes” de una entrevista televisiva.
Fuentes judiciales aclararon que, por el momento, no se adoptó “ningún temperamento” sobre Graf, y se le proporcionó la dirección de la defensoría oficial que le correspondería en caso de ser necesario.
La indignación de la familia Fernández Lima
Javier Fernández Lima no ocultó su indignación ante la situación, especialmente recordando la actitud de Graf después de la desaparición de su hermano. “Después de lo que pasó, mientras los compañeros buscaban a mi hermano, él siguió yendo al colegio como si nada, y lo tenía enterrado en el fondo de su casa”, declaró Javier a LN+, refiriéndose a Graf.
La familia Fernández Lima tiene previsto mantener una reunión clave con un abogado en las próximas horas. Javier detalló que es su hermana quien está llevando la parte legal del caso, mientras él se encarga de hablar con los medios.
Una de las revelaciones más impactantes de Javier Fernández Lima fue el desconocimiento total de su familia sobre la relación que Diego mantenía con Cristian Graf. “No sabíamos del vínculo. En la libretita de mi padre no había ningún nombre, ni de Cristian, ni de Graf, nada”, aseguró.
Sin embargo, la reconstrucción realizada por el fiscal López Perrando sugiere una conexión particular: aunque Fernández Lima y Graf no eran amigos cercanos, compartían una pasión en común por las motos. Eran compañeros de escuela hasta segundo año en la Escuela Nacional de Educación Técnica (Enet) N°36 Almirante Guillermo Brown, ubicada en Ballivián al 2.300, en Villa Ortúzar.
La dinámica de su relación escolar cambió cuando Fernández Lima, quien jugaba al fútbol en las divisiones juveniles de Excursionistas, repitió un año. A pesar de esto, los adolescentes continuaron en contacto, lo que ahora es un punto clave en la investigación para entender la tragedia.
Declaró el sospechoso por el crimen de Fernández Lima
Cristian Graf, señalado como el principal implicado en el caso, fue interceptado por la prensa este lunes por la mañana, tras visitar la fiscalía. Brindó una breve, pero intrigante, respuesta.
La periodista Mercedes Ninci consultó directamente si él había asesinado a Fernández Lima, y la única respuesta que se le escuchó decir fue: “A mi papá”.
Esta breve declaración es la primera vez que Graf se pronuncia públicamente desde que se convirtió en el centro de la investigación.
La investigación por el joven enterrado cerca de la casa de Cerati
Cristian Graf es cuestionado no solo por haber sido compañero de colegio de la víctima, Diego Fernández, Lima y vivir en la casa donde se produjo el estremecedor hallazgo, sino también por haber dado tres hipótesis contradictorias sobre el origen de los huesos. Daniel Scarfo, el encargado de la obra donde se encontraron los restos, reveló que tuvo contacto con Graf tras el descubrimiento.
Según Scarfo, Graf se acercó al lugar del hallazgo y ofreció distintas versiones de lo que pudo haber ocurrido. Una de las hipótesis sugería que en el lugar “hace muchos años hubo una iglesia y que quizás era un cura que habían enterrado ahí”.
En la misma conversación, Graf comentó que hubo un “establo en el terreno, pero hace muchísimo, tipo 1.800”. La tercera versión, la que más llamó la atención de los constructores, fue que Graf “recordó que cuando hicieron la pileta, pidieron un camión de tierra para nivelar y sugirió que tal vez allí vinieron los restos”.
Sin embargo, Scarfo consideró que era “poco probable que vengan huesos humanos completos en él” si se tratara de tierra importada.
El macabro hallazgo que destapó el misterio
El martes 20 de mayo, la rutina de una obra en el barrio de Coghlan se transformó en una escena de terror cuando se encontraron huesos humanos en una casa que había sido alquilada por Gustavo Cerati. El encargado de la obra, Daniel Scarfo, relató que uno de los trabajadores, mientras paleaba, “vio que se abría un hueco y empezaron a caer restos hacia la obra”.
El descubrimiento ocurrió entre las dos y las tres de la tarde, y de inmediato se llamó a la Policía. Entre los restos, Scarfo se sorprendió al ver un reloj Casio, un detalle que ayudó a datar la época del hecho, indicando “del ‘84 más o menos”. Un dato clave es que los huesos fueron encontrados a una profundidad mínima, de “40 o 50 centímetros, no más. Era muy poco”.