Las historias de las fiscalías de instrucción de número y de Delitos Complejos en Córdoba suelen develar bondades de los investigadores que, de un caso saltan a otro, sólo a partir de un pequeño dato. Con olfato sutil se detecta una nueva encrucijada que conduce a nuevos sospechosos.
Algo de esto es lo que está ocurriendo con “una serie” de tres causas que investigó la fiscal del 2° Turno de ete fuero, Valeria Rissi, quien con su equipo y los comisionados policiales lograron descubrir, sucesivamente, a tres bandas acusadas de cometer diversos delitos.
En 2024 se envió a juicio a una presunta asociación ilícita que está acusada de realizar compras utilizando DNI extraviados o robados, para fingir identidades y comprar electrodomésticos costosos en grandes cadenas que les otorgaban créditos que nunca pagaban.
Los enviados a juicio fueron: Alberto Damián Rutiz Marco (41); Luis Alberto “Junior” Rodríguez (26); Gabriela Alejandra García (46, pareja del primero); las hijas de esta, Sheila Daiana Ochoa García (27) y María Silena Ochoa García (28); y Maximiliano Andrés “Memote” Mare Artaza (22).
Ocurrió que en esta investigación, a raíz del secuestro del teléfono de Rodríguez, se pudo “descubrir” material probatorio al analizar un grupo denominado “Ruedas para todos”, acaso con algo de nostalgia de otros tiempos políticos.
Con esto, una presunta banda de reducidores de vehículos robados terminó tras las rejas: Alexandros Toledo, su padre Víctor Toledo, Alan Ribaudo y Ariel Corvalán, todos acusados -por no haber más prueba en ese momento- de encubrimiento de esos robos.
En la tramitación de esta investigación iniciada en el pasado verano se decidió intervenir el teléfono de una allegada a Alexandros Toledo, “JT”, de donde surgieron comunicaciones con quien era su pareja, Facundo Salto Lagos.
En diversos diálogos con esta persona se escucharon en marzo de este año conversaciones sobre comercialización de autos y venta de objetos presuntamente robados.
Pero al continuar las escuchas en la línea de Salto Lagos, el 8 de abril de 2025 al mediodía una llamada terminó con una sorpresa: se escuchó el relato “en vivo” de un robo domiciliario. Comenzaba otra investigación.
La nueva causa
A partir de ese momento se abrió una ventana de investigación que permitió identificar a los responsables de varios robos contra viviendas particulares y automóviles estacionados en la vía pública.
Ese mediodía del 8 de abril, el robo domiciliario continuó una hora más tarde con otro golpe a otra vivienda desocupada. Después, hubo otro robo domiciliario el 1 de mayo a las 15.
La seguidilla delictiva de la banda continuó el 15 de junio a la madrugada con la sustracción de una camioneta Chevrolet S10 DLX y el 25 de julio con otro robo domiciliario el 25 de julio a las 20.15.
Finalmente, el 5 de setiembre a media mañana robaron una Ecosport estacionada por su dueña frente a un banco.
La investigación no era sencilla, más allá de las escuchas que daban cuenta de los diálogos de los ladrones dándose instrucciones para concretar los atracos mientras estaban dentro de las casas, para luego oírse indicaciones para ser levantados por una Suran al salir de la casa.
Rissi comenzó a explorar la manera de explotar esa prueba y se valió de varias vías: las antenas o celdas que captaban esas comunicaciones brindaban la posibilidad de una localización geográfica más o menos precisa de esas llamadas, con horarios bien delimitados.
Luego, se trató de averiguar a través de comunicaciones al 911 o por denuncias dispersas en numerosas fiscalías, quiénes podían ser los damnificados, con sus domicilios.
Las cámaras de los domos policiales y algunos testigos aportaron más datos, para afinar la búsqueda. Así fue posible individualizar los vehículos y la fisonomía de las personas.
Todo esto, permitió ir individualizando a la mayoría de los participantes de esta banda.
Los acusados
La pesquisa consiguió imputar a seis personas: Facundo Salto Lagos (26), Nahuel Gabriel “Chavala” o “Chava” Argüello (26), Axel Agustín Contreras Oshiro (24), Gonzalo Elías “Versach” o “Versa” Farías (23), Daniel Alejandro “Were” Guzmán (26) y Jonathan Elber “Maison” o “Primo” o “Johny” Maison (33).
Primero imputados de asociación ilícita, con distribución de roles, asignación de funciones, estudio de objetivos y el objeto de robar casas o autos estacionados en la calle, con el avance de la prueba fue posible describir mejor los seis hechos de delitos contra la propiedad que se les adjudican.
El primero, el de la llamada “sorpresa”, fue la comisión de un robo domiciliario en barrio Los Nogales (Argüello), donde se llevaron un televisor, un parlante y 70 mil pesos.
El segundo, una hora después, fue en barrio Zepa, cerca del Mercado de Abasto, la Circunvalación y la ruta nacional 19. Allí sacaron de una vivienda un televisor, un Iphone, un secarropas y 150 mil pesos, según la causa.
El 1º de mayo cometieron el tercer robo en barrio Yofre, donde también se llevaron un televisor, numerosos perfumes y las llaves de la vivienda.
El 15 de junio robaron la Chevrolet S10 en Patricios Oeste; el 25 de julio volvieron a entrar en una casa de Alta Córdoba donde llevaron otro televisor, una garrafa, una pava eléctrica, un microondas, una notebook, una estufa, un MP3, ropa y llaves, según la causa.
Finalmente, el 5 de setiembre dos de los integrantes de la banda se condujeron en una moto Honda NX y robaron una Ecosport frente a una sucursal Bancor de barrio General Bustos.
El pasado jueves, la fiscal Rissi les dictó a los seis la prisión preventiva como presuntos organizadores de asociación ilícita y diversificó según el caso las acusaciones de “robo reiterado”, “violación de domicilio” y “robo calificado de vehículo dejado en la vía pública”.
Con paciencia e inteligencia, “tirando del hilo” a partir de unos pocos datos, fue posible profundizar estas tres investigaciones avanzadas en su instrucción.
