No están siendo tiempos fáciles para la Policía de Córdoba. Sobre todo en el interior provincial: en los tres meses que van de 2022 ya se han registrado cuatros purgas de altos mandos de tres Unidades Departamentales de la fuerza (las ex Unidades Regionales).
El último temblor se dio en la Departamental Colón, con asiento en Jesús María, donde fueron desplazados la jefa y varios comisarios tras la denuncia de una policía por supuesto abuso sexual y acoso laboral.
La decisión fue adoptada por la Jefatura de Policía, luego de que el flamante Tribunal de Control Disciplinario de las Fuerzas de Seguridad pusiera en situación pasiva a la cúpula y otros miembros de esa Departamental.
A la vez, hay una investigación abierta en la fiscalía de turno.
La ahora exjefa de la Departamental Colón, Bibiana Mercedes Cabrera, llevaba en su puesto poco más de dos meses, ya que había suplantado a Manuel Vera, luego de que este fuera desplazado por otro escándalo.
Las otras dos departamentales policiales que tuvieron “temblores” este año fueron Punilla Sur (con asiento en Villa Carlos Paz, donde se descubrió el robo de al menos 20 millones de pesos de una caja fuerte), y Cruz del Eje (luego del bochornoso escape de un supuesto narco que estaba detenido).
Este escenario coincide esta semana con un fallo de la Cámara de Acusación que confirmó la elevación a juicio por el crimen de Blas Correas.
Desde el Ministerio de Seguridad, su titular, Alfonso Mosquera, le dijo a La Voz que se respalda al Tribunal de Conducta y que “no hay contemplaciones, apañamientos y mucho menos encubrimientos de ningún mal accionar policial”.
“Somos los primeros interesados, tanto del Ministerio como de la conducción de la Policía, en que se tomen las medidas disciplinarias más severas ante la comisión de faltas administrativas o delitos por parte de personal policial, sin importar su jerarquía”, dijo Mosquera.
Por su parte, la jefa de Policía, Liliana Zárate Belletti, señaló sobre el más reciente caso: “El Tribunal de Conducta dispuso la situación pasiva. Es una facultad que tiene ese órgano como medida preventiva. Ante ello debo designar un superior a cargo para no dejar acéfala la Departamental. La pasiva es una medida preventiva, no sancionatoria” sostuvo.
Al ser consultada sobre cómo afectan esos hechos a la imagen de la fuerza de seguridad, Zárate Belletti respondió: “Yo debo justamente preservar la institución poniéndome siempre a disposición de la Justicia y del Tribunal de Conducta. No apaño ninguna conducta que no se ajuste a la norma administrativa o penal.”
Sismo en Colón
En menos de dos meses, en la Unidad Departamental Colón dejaron de prestar funciones el comisario mayor Manuel Vera y ahora también su sucesora, la comisaria inspectora Bibiana Cabrera.
En enero de este año, un “procedimiento que no se ajustó al protocolo del uso de la fuerza protagonizado por efectivos policiales” en Jesús María (durante el Festival de Doma y Folklore) motivó el relevamiento de su cargo de Vera.
La situación de marzo fue distinta: arrancó con una grave denuncia formulada por una agente que presta servicios en la Departamental. A la jefa y a dos de sus jefes los acusó por acoso laboral, mientras que a un exjefe lo denunció por supuesto abuso sexual simple, según confirmaron fuentes oficiales a La Voz.
El fiscal de Jesús María, Guillermo Monti, está en los inicios de la investigación penal y no tiene ni siquiera citados a declarar a los acusados, además de que no pesa hasta ahora sobre ellos imputación alguna. Pero el Tribunal de Conducta Policial decidió licenciarlos a todos de modo preventivo, les pidió que devolvieran el arma reglamentaria y les anunció recortes en sus remuneraciones.
Este último movimiento tuvo su eco en los Tribunales de Jesús María, que trabaja estrechamente con la Policía local y desde donde algunos funcionarios ya habían advertido que la Departamental se había convertido en una “bomba de tiempo”.
De hecho, fuentes consultadas por este diario consideraron que nada de esto hubiese pasado si en enero hubiesen tomado una decisión radical, descabezando a la totalidad de la cúpula.
Una discusión acalorada
Pocos días antes de que se radique formalmente la denuncia en contra de la comisaria inspectora Cabrera, del comisario inspector Sergio Giordano, del comisario Cristian Hernández y del comisario inspector Jesús Contreras, en uno de los patios que la repartición tiene en Jesús María, hubo una decena de testigos de una acalorada discusión. En ese episodio habrían estado la denunciante y Hernández.
Hasta su licencia, Hernández venía ejerciendo la titularidad de la comisaría de Jesús María y lo que parecía un intercambio fuerte de opiniones terminó a los gritos y con la amenaza de denuncia, que luego se concretó.
Aunque nadie quiere explicar detalles, fuentes oficiales dan a entender que el nivel de agresividad entre jefes y subordinados venía tomando un rumbo en la repartición difícil de entender. Especialmente, tras el discurso que viene sosteniendo la Jefatura Central desde que está en manos de la comisaria Zárate.
No hay margen ya en esta etapa ni siquiera para una pizca de violencia de género dentro de la fuerza.
Lo más sorpresivo de la denuncia fue la acusación concreta por abuso sexual en contra de uno de los policías que mayor exposición pública tuvo mientras ocupó cargos en la Departamental Colón y ni bien pasó a la recientemente creada Unidad Departamental Sierras Chicas.
En Punilla Sur, la jefatura central desplazó de sus funciones a José Carlos Álvarez y a Carlos Javier Noriega, quienes ejercían la dirección y la vicedirección de la unidad. Fueron reemplazados por los comisarios Víctor Quevedo y Renato Panetta.
En la Departamental Cruz del Eje, en tanto, el comisario Walter Frías fue desplazado del puesto en enero pasado y reemplazado por la comisaria mayor Paola Praniuk.
Posición de los desplazados. No se conoce, por el momento y de forma pública, las versiones o posiciones por parte de los jefes y jefas policiales desplazados.
