El médico Spiro Antonio Dellisanti (59) sumó una nueva condena a sus antecedentes penales, ahora por abuso sexual con acceso carnal, en perjuicio de una adolescente de Río Primero, en agosto de 2021.
En la Cámara 6ª del Crimen de Córdoba, en juicio abreviado y a puertas cerradas conducido por el vocal Esteban Díaz Reyna, Dellisanti admitió todos los cargos de la acusación, pidió disculpas a la víctima, a su familia y a toda la sociedad. Por esto, se le impuso una pena de seis años y 10 años de prisión. Además, fue inhabilitado para ejercer por el doble de tiempo de la condena.
El médico conocido en su momento como “Doctor aborto” por haber efectuado numerosos legrados ilegales, abusó de una adolescente de 16 años cuando concurrió a la consulta en un centro de salud de Río Primero. Por un malestar digestivo, Dellisanti terminó realizando un tacto vaginal a la víctima, que actuó en este debate como querellante, con la representación del abogado Carlos Nayi.
La denuncia desató una fuerte controversia porque el médico condenado por la Justicia provincial y federal –en distintas causas– tenía inhabilitada la matrícula profesional para ejercer la medicina. Lo más conocido en su historial delictivo son sus abortos clandestinos practicados en Córdoba.
Otro de los puntos de la sentencia de Buteler es que se remitieron las actuaciones para que se investigue la responsabilidad de las autoridades sanitarias de Río Primero para contratar a un médico que reunía antecedentes penales conocidos durante años. Se acogió con esto al pedido del querellante Nayi y del fiscal de Cámara Martín Berger.
Todo se inició por la presentación que realizó en su momento la mamá de una joven de 17 años –que hoy es mayor de edad y asumió en este juicio la representación– por el abuso cometido en un dispensario público de la localidad de Río Primero, a unos 50 kilómetros al este de la ciudad de Córdoba, el 17 de agosto de 2021.
Según los hechos descriptos en la acusación y que ahora fueron admitidos por el acusado, la adolescente concurrió al dispensario por un dolor abdominal y se retiró disgustada porque Dellisanti le habría dicho que se desnudara y le habría practicado tacto vaginal.
El delito de abuso sexual con acceso carnal prevé pena de entre seis y 15 años de reclusión, según el tercer párrafo del artículo 119 del Código Penal argentino.
Luego de recuperar la libertad por una de sus condenas anteriores, en diciembre de 2020, el médico fue contratado durante la pandemia por el municipio de esa localidad sin contar con la habilitación porque la Justicia federal le había suspendido el ejercicio profesional. La inhabilitación está vigente.
En este juicio, actuó como acusador el fiscal Martín Berger, quien acordó la pena con la defensa asumida por el asesor letrado Hernán Lisandro Franco Papa.
Dellisanti pidió el cese de prisión para llegar al juicio libre, pero le fue rechazado. Ahora, continuará preso con el cumplimiento de la pena.
Antecedentes y condenas
Entre su abultado registro de condenas, se cuenta que Dellisanti baleó a un policía, montó una industria de abortos clandestinos, dejó graves secuelas a una joven en una práctica ilegal y cambió la identidad de un bebé recién nacido, entre otros delitos.
El 27 de junio de 2004, durante un procedimiento policial en su domicilio de barrio Jorge Newbery, este médico casi mata de un balazo al policía Ariel Calderón. Dellisanti fue condenado a seis años de prisión por lesiones graves.
En 2012, de vuelta Dellisanti fue detenido, acusado de haber montado, otra vez, una clínica domiciliaria para realizar abortos clandestinos. Además de armas, en ese domicilio se encontró un bebé que había sido anotado de manera fraudulenta como hijo de su pareja, Patricia Noemí Sotomayor. Dos años después, terminó condenado por tentativa de aborto, tenencia de arma de guerra y supresión de estado civil a tres años y 10 meses de prisión.
A fines de mayo de 2017, dejó al borde de la muerte a una adolescente que fue hasta su casa de Jorge Newbery para practicarse un aborto clandestino. La joven permaneció dos semanas en coma y los médicos tuvieron que extirparle el útero.
Dellisanti quedó imputado por los delitos de aborto y lesiones culposas de carácter gravísimo, pero, cuando los policías fueron a detenerlo, ya no lo encontraron. Recién lo capturaron en julio de ese año, cerca de la plaza Colón, donde caminaba camuflado como un linyera. Los investigadores tenían el dato de que ese día iba a ir a un domicilio de la zona para practicar un aborto ilegal.
En mayo de 2019 fue condenado a tres años y medio de prisión. En el mismo fallo, la jueza Graciela Bordoy de Pizzicari ordenó que por el doble de tiempo, o sea, siete años, quedara inhabilitado para el ejercicio de la medicina.
Mientras aún permanecía preso, en marzo de 2020, la Justicia federal condenó a Dellisanti a tres años y nueve meses de cárcel como coautor de supresión y suposición del estado civil y de la identidad agravada (por su condición de médico) y falsificación de documento.
