El juez en lo Criminal y Correccional Alejandro Litvack resolvió sobreseer a Cristian Graf (57) en la causa por el presunto encubrimiento del crimen de Diego Fernández (16), el adolescente hallado enterrado durante una excavación en una vivienda del barrio porteño de Coghlan.
Graf había sido acusado de encubrimiento agravado y ocultamiento de pruebas, luego de que los restos de Fernández fueran encontrados en el jardín de su casa, casi cuatro décadas después de su desaparición.
El magistrado tomó la decisión luego de indagar a Graf el pasado 17 de octubre, en una audiencia que se extendió más de tres horas. Durante su declaración, el hombre insistió en que no tuvo vínculo alguno con el homicidio ni con el entierro del cuerpo.
La versión de Cristian Graf
Según su testimonio, el excompañero de Fernández aseguró que el cuerpo “fue enterrado en un terreno lindero” y que ni él ni su familia sabían que había un cadáver a pocos metros de su pileta.
Graf relató que había conocido a Diego en 1983, cuando compartieron colegio, pero que no mantenían contacto desde entonces.
Sin embargo, un informe del Equipo Argentino de Antropología Forense (Eaaf) determinó que los restos fueron hallados dentro del perímetro de su propiedad, lo que lo dejó bajo investigación por encubrimiento.
Crimen en Coghlan: un caso sin culpables
Diego Fernández desapareció el 26 de julio de 1984, cuando tenía 16 años. Su madre, Irma Lima (87), contó que esa tarde su hijo “le pidió plata para el colectivo, dijo que iba a lo de un compañero y se fue comiendo una mandarina”. Desde entonces, nunca volvió a verlo.
Durante años, la mujer mantuvo la esperanza de encontrarlo con vida. “Nunca cambié la línea fija porque podía llamar”, relató en declaraciones al diario Clarín.
El hallazgo del cuerpo en mayo pasado reabrió la causa, pero el paso del tiempo impidió avanzar con una imputación por homicidio: la ley argentina establece que ese delito prescribe a los 15 años, y en este caso han transcurrido 41.
Cómo sigue la causa
El fiscal no acusó a Graf por homicidio, y ahora el juez Litvack dictó su sobreseimiento al no encontrar elementos que probaran encubrimiento posterior al hallazgo del cuerpo.
Con esta decisión, la investigación queda prácticamente cerrada y el crimen de Diego Fernández, ocurrido en 1984, se encamina a quedar impune.




























