El padre Mariano Oberlin es uno de los curas que trabaja en uno de los sectores de Córdoba capital más azotados por la inseguridad y la droga, barrio Maldonado.
Su tarea pastoral y social es ampliamente reconocida por todos los colores políticos y la sociedad de esta ciudad, que hasta lo reconoció como Cordobés del Año en 2016.
Sin embargo, y pese a la enorme actividad que desarrolla para los sectores menos favorecidos, el propio sacerdote no es ajeno a los hechos de inseguridad en una de las zonas rojas de la ciudad. En el mismo año en que recibió el premio un adolescente murió en un intento de robo en la parroquia.
Este jueves, volvieron a intentar llevarse cosas en este caso en el flamante centro comunitario que fue construido en el lugar gracias a sus pedidos por atención para los chicos que están en riesgo en el barrio.
El guardia que se encuentra en la noche en ese lugar logró ver que alguien había ingresado y finalmente la Policía logró detenerlo a pocos metros del lugar con elementos que había sustraído del edificio.
“Lo llamativo es que ha sido en ese edificio que hace cinco años que no teníamos robos”, dijo el padre Oberlin en diálogo con Arriba Córdoba.
Los robos en la granja del Padre Oberlin, el reclamo a los ladrones y las armas
Fue en ese marco que el sacerdote contó las situaciones que a diario viven con la inseguridad, aunque en este caso se mostró preocupado por algo que hasta el momento no les pasaba.
“En este caso lo agarraron pero en el Campo de la Ribera, se nos han metido un montón de veces, nos enteramos quiénes son, vamos a reclamar y nos reciben amenazándonos con armas. Estamos armando tipo granja porque para los chicos es importante con la vida, tenemos animales. Se nos han querido meter a robar los chanchos”, dijo.
“Les cuento un hecho que a algunos les puede resultar gracioso pero es muy dramático. Nosotros tenemos animales, la semana pasada se llevaron un chancho, y nos llaman unos vecinos que nos dijeron que lo entraron a una casa y ahí nomás le dieron un tiro para carnearlo. Cuando fuimos a reclamar, salió un hombre con un arma y nos dice ‘ustedes no saben nada, vayánse de acá', el nivel de impunidad es muy grande”, agregó a ese medio.
El cura reconoció que en la zona se ha avanzado mucho en el combate contra la droga, la delincuencia y la exclusión pero el avance es tan grande que las “cosas malas siempre tapan a las buenas”.
