Luis Pablo Arébalo (26) se entregó a la Justicia tras permanecer en condición de prófugo durante 10 días. Era intensamente buscado por la Policía de Córdoba desde el pasado lunes 20 de mayo, cuando una pandilla integrada por al menos tres jóvenes golpeó a Santiago Fernández (20), a la salida de un reconocido pub de barrio Alto Palermo, zona norte de la ciudad de Córdoba, en un caso de violencia urbana que conmocionó a la población.
Para los investigadores, Arébalo habría sido presuntamente el agresor que dejó en estado inconsciente a Santiago. Este jueves por la mañana, el sospechoso se presentó ante el fiscal a cargo de la causa, Juan Pablo Klinger, quien ordenó su detención de inmediato.
Arébalo se encuentra imputado por “lesiones graves” al igual que otros dos jóvenes quienes serían sus amigos. Se trata de Ignacio Damián Quintero (21) y Gastón Federico Coppari (26), según informaron fuentes de la investigación.
La figura por la cual se acusa a los tres sospechosos podría cambiar en el curso de los próximos días.
Los tres habrían ingresado al mismo local donde el lunes por la noche había llegado el joven empleado de Comercio, junto a su novia, para jugar al pool.
Cuando la pareja abandonó el lugar, atentos a que se estaban produciendo situaciones de violencia en el interior del recinto, se percataron de que les faltaba una campera.
Al volver hablaron con el personal del lugar, aunque los acusados tenían en su poder la campera y no estaban dispuestos a devolverla.
De repente se hicieron presentes en el exterior y comenzaron a repartir golpes. Cuando Santiago cayó al suelo, continuaron las patadas.
Su novia se tuvo que echar encima del cuerpo inerte de la víctima, que por fortuna aún presentaba signos vitales.
En el tumulto, la banda habría aprovechado para despojar a Santiago de su billetera, una cadena de oro y otras pertenencias.
Quisieron robarle las zapatillas. No pudieron hacerlo.
La fiscalía se movió rápido. Rastrilló la zona y echó mano a las cámaras de seguridad de la Policía. También contó con el relato hablado de testigos ocasionales de la golpiza.
Después sobrevino una tarea casi artesanal, dicen los laderos de Klinger, que llevó al fiscal a bucear en las redes sociales y en los perfiles de los presuntos implicados. En Instagram lograron hallar publicaciones que comprometían a los acusados.
La familia se presentó como querellante
Por su parte, la familia de la víctima se presentó ante la fiscalía para figurar como querellantes en la causa. Lo hicieron bajo el patrocinio del abogado Carlos Nayi.
La querella, según adelantó el letrado, solicitará el agravamiento de las acusaciones. Solicitará que se aplique la figura de “homicidio calificado por alevosía, en grado de tentativa y por el concurso premeditado de dos o más personas”. Además denunciará “amenazas y robo, con lesiones que han producido un debilitamiento en la salud y han puesto en peligro la vida de la víctima”.
Para el homicidio calificado por alevosía en grado de tentativa las penas establecidas son de 15 a 20 años de prisión. Por robo que pone en peligro la vida, la pena es de 5 a 15 años. Por amenazas, de 6 meses a 2 años de cárcel.
En tanto, Santiago se recupera en el Hospital de Urgencias, donde fue derivado a horas de sufrir la golpiza.
Si bien al comienzo los médicos temieron el peor desenlace, con el paso de las horas la víctima mostró una repentina recuperación.
Hacia dentro del centro médico reina la esperanza y creen que podría salir de alta prontamente.
Resta ver qué tienen para decir los acusados cuando sean las indagatorias.
