Gustavo Osvaldo Oyarzábal, exjefe de Investigaciones de Policía que durante cinco años fue la mano derecha de los fiscales de Río Cuarto, admitió hoy haber sido encubridor del secuestro de Nicolás Sabena (21) y logró un juicio abreviado en los Tribunales provinciales.
Fue condenado a tres años y ocho meses de prisión por haber utilizado su cargo de funcionario público para favorecer a José Vargas Parra y sus hijos, condenados por la privación ilegítima de Nicolás Sabena en el 2014. Se presume que el joven fue asesinado, pero su cuerpo nunca apareció.
La denuncia contra Oyarzábal había sido formulada por la madre de Nicolás, Rosa Sabena, hace más de diez años. Luego de que su hijo desapareciera en el 2008, la mujer desesperada estudió abogacía y realizó una profunda pesquisa, con lo que logró probar comunicaciones entre policías y los secuestradores de su hijo, entre otras irregularidades.
El abogado de Oyarzábal, Rolbi Valdivieso, sostuvo que tres llamadas “de segundos”, estaban probadas, pero no así su vínculo con la causa. En diálogo con LV16, dejó entrever que el reconocimiento del hecho fue “una táctica defensiva” para que el caso Sabena no lo perjudique en la causa federal, donde está imputado como cómplice primario de narcotráfico.
Por el caso Sabena Oyarzábal nunca fue detenido. Pero hace más de tres años está privado de la libertad como supuesto encubridor de la presunta banda de narcotráfico, integrada por Claudio Torres (el llamado “zar de la droga”, asesinado), Gabriel Bossi (expareja de la hija de Vargas), Cristian Ortiz, y los hermanos Andrés y Mariano Rivarola, de Río Cuarto.
La investigación federal se abrió en el 2014. Pero recién en enero de 2019, luego de que Torres fuera asesinado a balazos, ordenaron un centenar de allanamientos y numerosas detenciones, entre ellas la del exjefe Policial. Oyarzábal quedó acusado como cómplice primario de la organización.
Se lo acusa de haber proporcionado datos a la banda para eludir el accionar investigativo y garantizar la continuidad de sus actividades narcocriminales, impunemente. En la investigación hasta se afirma que habría puesto a policías a custodiar un galpón con estupefacientes.
También se le reprocha su accionar tras el homicidio Torres, se menciona que se habría reunido en un lugar apartado con Gabriel Bossi y que no habría secuestrado elementos importantes para la causa.
Expectativa
Por el Narcolavado de Río Cuarto, a fines del 2021 hubo un intento de acuerdo en el Tribunal Oral Federal número 2. Allí, Oyarzábal aspiraba a negociar una condena de cuatro años y 10 meses de prisión e inhabilitación especial por siete años. Pero finalmente el entonces presidente del TOF 2, Carlos Lascano, no homologó lo convenido por las partes con el fiscal Carlos Gonella.
El 3 de febrero último, los defensores de los involucrados en el Narcoescándalo y ella fiscalía federal insistieron con un nuevo acuerdo. Por estos días se espera una resolución del Tribunal Federal 2 al respecto. Se presume que si Oyarzábal logra acordar la pena en la Justicia Federal se le unificará con la del caso Sabena. Por el tiempo que ha estado detenido, se especula con que, eventualmente, podría salir en libertad antes de fin de año.
Madre abogada
La madre de Nicolás Sabena, Rosa, recordó que no existían posibilidades legales de que la querella se oponga al juicio abreviado de Oyarzábal, pero dijo que, de todos modos, está conforme con la pena que acordó el fiscal Javier Di Santo.
Señaló que “ha sido tan grande el desgaste emocional de la familia desde que desapareció Nicolás, que un nuevo juicio hubiera sido una tortura”.
Concluyó que los años de lucha por Justicia para su hijo “no fueron en vano”. “Me especialicé en entrecruzamiento telefónico, cada día descubría nuevas irregularidades (…) Finalmente todos los responsables de su desaparición han confesado. En este juicio Oyarzábal confiesa y acepta los hechos de los que yo lo acusé. Valió la pena estudiar y recibirme de abogada porque nadie más hubiera hecho todo esto, nadie más que yo”, expresó conmovida.
Nicolás sigue desaparecido
En el 2020 Rosa Sabena logró otra condena policial, para la oficial Nancy Salinas, quien según pudo probar, también favoreció a los secuestradores de su hijo. Se demostró que les pasó información, e incluso (presuntamente con su superior, Fernando Pereyra, también denunciado) dejó libre a José Vargas en un confuso episodio. Fue una noche en que el secuestrador se habría estaba deshaciendo de elementos de Nicolás, y hasta se defecó encima cuando lo detuvieron en un control de tránsito.
“Mi hijo no tenía antecedentes, sólo se enredó con la hija de Vargas”, señaló Rosa, que siempre denunció una actitud “hostil” y “poco colaborativa” de Oyarzábal con su causa. “Acá el culeado es tu hijo, los Vargas no tienen nada que ver”, sostuvo que le dijo el investigador policial, al principio encargado de las Telecomunicaciones.
Sabena también llamó la atención porque Oyarzábal, pese a que tenía sólo rango de subcomisario inspector, fue jefe de Investigaciones de la Departamental durante más de cinco años. Mencionó que en la casa de los Vargas se halló un almanaque con todas las guardias policiales detalladas. Allí, junto a velas y estatuillas de San La Muerte, figuraban conjuros y maleficios dirigidos a una lista de investigadores en la que “curiosamente” no aparecía el jefe ahora condenado.
“Por culpa de policías como él no pude encontrar a mi hijo, desde el minuto cero se supo que los Vargas eran los involucrados. Si desde el primer día, en vez de avisarles por teléfono que iban a ir, les hubieran allanado la quinta como corresponde, aunque sea podría haber hallado el cuerpo de mi hijo”, lamentó Rosa.
