El fiscal de Instrucción del 2° Turno en Río Cuarto, Javier Di Santo, pidió la elevación a juicio de una de las causas que más consternaron a esta ciudad en 2022. Se trata del crimen de Ariel Sebastián Ghibaudo (42), perpetrado en la madrugada del 17 de septiembre.
Según se pudo determinar, aproximadamente a las 2.20, Ariel se dirigía, de a pie, desde un kiosco de Banda Norte a la casa de su novia, Victoria Albert.
En la esquina de Jujuy y Quírico Porreica fue sorprendido por cuatro personas que se conducían en dos motocicletas.
La chica contó que, en principio, esa noche no se iban a ver.
Ella estaba cansada, con dolor de cabeza porque había ayudado a apagar un incendio en el trabajo de su padre. Pero Ariel insistió con verla y, después de cenar con sus amigos, se ofreció para llevarle un calmante y unos chocolates, para que se sintiera mejor.
Ghibaudo fue a un kiosco del Parque Sarmiento, compró calmantes y un chocolate para Victoria, y una latita de bebida para él. La casa de su novia estaba a pocas cuadras. Pero nunca llegó.
La joven no logró comunicarse con él. Pensó que se había ido al casino cercano, porque él algo le había mencionado sobre saludar a un familiar que trabaja allí.
En su momento, la novia contó que tuvo un mal presentimiento, no se podía dormir, salió a buscarlo a la calle varias veces y hasta llamó al hospital, ya a las 4 de la madrugada.
Pero le dijeron que no habían atendido a nadie de apellido Ghibaudo.
La victima fue ingresada más tarde al nosocomio, para la autopsia.
Recién al día siguiente la Policía ubicó a Victoria y le dio la trágica novedad. Ariel Ghibaudo era separado y tenía dos hijas. Sus últimos empleos fueron el reparto para una plataforma de pedidos en línea y trabajos de albañilería.
Los imputados por su asesinato son cuatro: un menor de 17 años y los mayores Lucas Fabricio Avecilla (21); Matías Jesús Maldonado (18) y Maico Sandro Zuliani Justribo (24).
Son considerados coautores del delito de “homicidio en ocasión de robo” y “homicidio en ocasión de robo agravado por la intervención de un menor de edad y coacción”, en concurso real.
El pedido de elevación de la causa a juicio no está firme, los imputados aún pueden oponerse a la resolución. Para el Ministerio Público Fiscal, los cuatro acordaron salir a robar en dos motos.
Se interpusieron en la trayectoria de Ghibaudo, en calle Jujuy al 500, y cuando la víctima, que sabía karate se comenzó a defender, comenzaron a golpearlo y a asestarle cuchilladas.
¿Volvieron para “bolsiquearlo”?
Ariel fue hallado por la Policía con cinco heridas profundas de arma blanca.
Según la autopsia, la mortal fue en el hemitórax izquierdo y le interesó ambos ventrículos del corazón, lo que produjo su inmediato deceso, por shock hipovolémico.
Las filmaciones de cámaras cercanas permitieron a los investigadores determinar que minutos después de dejarlo inerte en el suelo, dos de los supuestos autores (Zuliani y el menor) volvieron para revisarle los bolsillos y terminar de sacarle todas sus pertenencias.
Ghibaudo llevaba consigo un morral de tela color negro, una billetera, un porta auricular inalámbrico y un celular.
El teléfono fue secuestrado días después en manos de una kiosquera del barrio donde viven los acusados. Dijo que no conocía su procedencia y se lo había comprado a Zuliani, el mismo sábado 17 de septiembre, por 16 mil pesos.
Zuliani también está acusado de coacción porque, según Di Santo, el 20 de septiembre del 2022 habria amenazado a su concubina para que no lo acuse del crimen.
“No batas la cana o te voy a matar, me voy a entregar solo porque no quiero que a mi hermano le pase nada”, habría dicho, en alusión a Maldonado.
Su pareja lo denunció y declaró que ya había sido víctima de violencia y le tiene mucho miedo.
Zuliani es el único del grupo que tiene antecedentes penales.
Al ser indagado, culpó a Avecilla por el homicidio, por lo que están alojados en dependencias distintas.
“Reconozco que fui a robar pero no a matar. Mi hermano (Maldonado) tampoco mató. Yo nunca lastime a una persona para ir a robar y eso se puede ver en mis antecedentes. Yo no conozco a la persona que murió, jamás hubo intención de matar ni tampoco una herida mía que haya matado a alguien”, aseveró ante el fiscal.
El resto de los acusados se abstuvo de prestar declaración.
Lucas Avecilla sería hijo de Luis Avecilla, quien años atrás, junto a Fernando “Yeyé” Quiroga, intentó robar una bolso con ropa sucia del auto de Mariela Galíndez. La mujer persiguió, atropelló y mató a Quiroga y fue condenada a dos años de ejecución condicional. Avecilla cumplió tres años de prisión por tentativa de robo calificado.
En su momento, Avecilla dijo que Galíndez le arruinó su vida y la de los cinco hijos que tenía a cargo. “Yo había estado preso por una tentativa de robo. Pero ésta fue la peor condena porque mis hijos quedaron solos. Nadie se fijó en ellos. Ahora tengo uno detenido en Córdoba porque estuvo tanto en la calle que agarró la droga. No sé qué hacer… Antes eran unos excelentes chicos”, reclamó al salir de la cárcel, hace 14 años.
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