El juez federal Marcelo Bailaque, acusado de tener vínculos con el narcotráfico en Rosario, renunció a su cargo este martes, con lo que evitó ser destituido por el Consejo de la Magistratura que tenía previsto hacerlo la semana que viene.
El magistrado tiene una orden de prisión preventiva en su contra dictada a fines de abril por el juez Eduardo Rodríguez Da Cruz, la cual no había entrado en vigencia porque tenía inmunidad de arresto por sus fueros. Ahora se especula que podría cumplirla en forma domiciliaria, publicó Clarín.
Más allá de la presentación de su renuncia, el Consejo de la Magistratura aún debe aceptarla. Y lo cierto es que por ahora no hay indicios de que lo haga.
Los consejeros quieren llevar al magistrado a juicio político para destituirlo, pero todo indica que sería rechazada. Cuando un magistrado es destituido, pierde todos los beneficios como juez, incluida una millonaria jubilación.
De qué se acusa a Bailaque
Bailaque está imputado en causas donde se investigan sus vínculos con un contador de un narco y un ex funcionario de la Afip (hoy, Arca) que arreglaba deudas impositivas.
La medida incluyó un embargo de 1.500 millones de pesos sobre sus bienes, informaron fuentes judiciales al medio porteño. Además, se le bloquearon todas las cuentas bancarias.
Según informó Cadena 3, Bailaque había iniciado días atrás los trámites para jubilarse con el trámite especial del Sur (fue juez en Caleta Olivia) y ahora su salida se confirmará si es aceptada por el Ejecutivo nacional.
En marzo, la Cámara Federal de Casación Penal decidió una cuestión procesal que definió la situación de Bailaque e, indirectamente, de su colega Gastón Salmain, investigados en un supuesto entramado de corrupción donde se mezclan narcos, exfuncionarios de Afip y financistas.
El máximo tribunal penal –después de la Corte Suprema de la Justicia de la Nación- resolvió que el caso sea investigado bajo el sistema penal acusatorio, que se implementó en mayo del año pasado en Rosario y no bajo el sistema escrito que aún funciona en una parte del país, pero no en Santa Fe.
La defensa de Bailaque reclamaba que se haga bajo el viejo código que es más lento y le permitía al magistrado ganar tiempo mientras la Magistratura avanzaba en una denuncia por supuesto mal desempeño en su contra. En cambio, el sistema acusatorio “pone plazos y acelera los tiempos”.
