María Claudia Sack, una mujer jubilada de 65 años que residía en Pilar, Buenos Aires, fue encontrada asesinada, descuartizada e incinerada en el patio de su propia casa.
El hallazgo fue posible gracias a la insistencia de su sobrina, Martina Echagüe, quien notó que su tía había dejado de publicar estados en WhatsApp y se preocupó por su repentina desaparición.
Cuando fue a buscarla, se encontró con el novio de su tía, Franco Rubén Giménez (30), quien intentó engañarla diciendo que María Claudia se había ido a Córdoba. Sin embargo, el celular de la mujer comenzó a sonar dentro de la vivienda, lo que despertó aún más sospechas.

El detenido vivió en Río Cuarto y tenía antecedentes
Giménez fue detenido en la estación de trenes de San Martín cuando intentaba escapar. Según confirmaron los investigadores, el sospechoso tiene domicilio registrado en Río Cuarto, Córdoba, y antecedentes por violencia de género, resistencia a la autoridad y amenazas.
Su único ingreso sería una pensión por epilepsia, y se investiga si el móvil del crimen fue económico, ya que habría intentado quedarse con la casa de la víctima. También se supo que tenía vínculos con personas en Paraguay, lo que podría haber facilitado una eventual fuga internacional.

Cómo fue el crimen: una reconstrucción
La fiscal de Género de Pilar, María José Basiglio, está a cargo de la causa. Según las primeras pericias, el crimen habría ocurrido a mediados de abril, coincidiendo con el momento en que Sack dejó de comunicarse.
Giménez habría asesinado a la mujer, descuartizado su cuerpo e intentado incinerarlo en el patio y entre la basura de la vivienda. Los restos fueron descubiertos por el esposo de la sobrina, biólogo de profesión, que reconoció huesos humanos parcialmente calcinados.
Martina, la sobrina de la víctima, había visto fotos recientes del acusado en redes sociales y notó una “mirada de frialdad enfermiza”. También descubrió que Giménez había abierto una nueva cuenta de Facebook desde el galpón de la casa de su tía.
“No era normal. Él decía que era dueño de una verdulería, pero mentía. Mi tía estaba idealizada con él, pero algo no cerraba”, contó. Finalmente, su intuición fue clave para que se descubriera el crimen y se activara la investigación.
La imputación y la situación judicial
Franco Giménez se negó a declarar ante la fiscal. Está imputado por homicidio agravado por el vínculo y por mediar violencia de género, delito que prevé una pena de prisión perpetua. La fiscalía sigue recolectando pruebas, mientras se aguardan los resultados forenses para confirmar oficialmente que los restos hallados corresponden a María Claudia Sack.